No hay que ser un país desarrollado para legalizar el aborto terapéutico. En estados como Haití, Guatemala y Costa Rica no se castiga la interrupción del embarazo cuando la mujer corre peligro de muerte.Al igual que el Vaticano, República Dominicana se encuentra en una diminuta lista de lugares -tan solo seis- donde es castigable este tipo de aborto.
Los demás países que no permite bajo ninguna circunstancia la interrupción de la gestación son Chile, El Salvador, Nicaragua y Malta, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas sobre las Políticas Mundiales de Aborto 2013.
América Latina tiene características similares como la desigualdad y la delincuencia, los bailes y la calidez humana. Se trata de países eminentemente creyentes y además, coinciden en otra cosa: permite el aborto con bastantes restricciones a diferencia de Europa, donde en el 73% de los países usted puede abortar a petición, de acuerdo con el mismo documento.
A pesar de que casi 30% de las jóvenes en América Latina ha sido madre antes de cumplir los 20 años y la mayoría de ellas pertenecen a los niveles más marginados, las legislaciones de la región no contemplan el aborto por razones socioeconómicas. Solo en Cuba, México y Guyana la acción está permitida sin excusas. Pero la mujer no puede tener más de 12 semanas de gestación.
En Haití, Venezuela, Guatemala, Honduras y Paraguay el aborto es legal solamente cuando la vida de la madre está en peligro. Brasil permite también interrumpir el embarazo cuando se trata de un incesto o violación. De hecho, además de Cuba, México y algunas islas de las Antillas Menores, otros estados de América Latina que no castigan el aborto en caso de violación o incesto son Panamá, Bolivia, Colombia y Uruguay.
África, hogar de los 10 países más pobre del mundo, tiene 54 estados. Todos permiten el aborto cuando la mujer está en peligro de muerte y 33 (61%) lo admiten, además, para preservar la salud física de la mujer. Una minoría de 18 (33%) pueblos africanos no castiga el aborto por violación o incesto. Y en 25 estados de Asia, equivalente al 52%, no se castiga cuando la mujer ha sido violada o se trató de un incesto.
Las mujeres en todo el mundo, sin importar si es penalizado o no, recurren al aborto por diversas causas. Para regular esta práctica, los países se han valido de leyes que permiten el aborto en una o varias condiciones: cuando la vida de la madre está en peligro, para preservar la salud física o mental de la mujer, en caso de incesto o violación, por defectos del feto o razones socioeconómicas.
La proporción de mortalidad materna por aborto inseguro suele ser más alta en países con restricciones importantes y más baja en los países más permisivos, según establece la OMS en su informe “Aborto sin riesgo: guía técnica y de política para sistemas de salud”.
En República Dominicana, datos del Ministerio de Salud Pública destacan que las complicaciones por aborto es la cuarta causa de mortalidad materna.
El Gobierno dominicano fue claro al fijar su posición en torno a este espinoso tema, cuando propuso al Congreso incluir en el Código Penal no castigar la interrupción del embarazo solo en tres condiciones. Una de éstas es si el feto tiene una malformación incompatible con la vida. Lograr este cometido, sería “equiparar nuestra legislación con la de la mayoría de los países del mundo”, según la posición estatal
Los demás países que no permite bajo ninguna circunstancia la interrupción de la gestación son Chile, El Salvador, Nicaragua y Malta, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas sobre las Políticas Mundiales de Aborto 2013.
América Latina tiene características similares como la desigualdad y la delincuencia, los bailes y la calidez humana. Se trata de países eminentemente creyentes y además, coinciden en otra cosa: permite el aborto con bastantes restricciones a diferencia de Europa, donde en el 73% de los países usted puede abortar a petición, de acuerdo con el mismo documento.
A pesar de que casi 30% de las jóvenes en América Latina ha sido madre antes de cumplir los 20 años y la mayoría de ellas pertenecen a los niveles más marginados, las legislaciones de la región no contemplan el aborto por razones socioeconómicas. Solo en Cuba, México y Guyana la acción está permitida sin excusas. Pero la mujer no puede tener más de 12 semanas de gestación.
En Haití, Venezuela, Guatemala, Honduras y Paraguay el aborto es legal solamente cuando la vida de la madre está en peligro. Brasil permite también interrumpir el embarazo cuando se trata de un incesto o violación. De hecho, además de Cuba, México y algunas islas de las Antillas Menores, otros estados de América Latina que no castigan el aborto en caso de violación o incesto son Panamá, Bolivia, Colombia y Uruguay.
África, hogar de los 10 países más pobre del mundo, tiene 54 estados. Todos permiten el aborto cuando la mujer está en peligro de muerte y 33 (61%) lo admiten, además, para preservar la salud física de la mujer. Una minoría de 18 (33%) pueblos africanos no castiga el aborto por violación o incesto. Y en 25 estados de Asia, equivalente al 52%, no se castiga cuando la mujer ha sido violada o se trató de un incesto.
Las mujeres en todo el mundo, sin importar si es penalizado o no, recurren al aborto por diversas causas. Para regular esta práctica, los países se han valido de leyes que permiten el aborto en una o varias condiciones: cuando la vida de la madre está en peligro, para preservar la salud física o mental de la mujer, en caso de incesto o violación, por defectos del feto o razones socioeconómicas.
La proporción de mortalidad materna por aborto inseguro suele ser más alta en países con restricciones importantes y más baja en los países más permisivos, según establece la OMS en su informe “Aborto sin riesgo: guía técnica y de política para sistemas de salud”.
En República Dominicana, datos del Ministerio de Salud Pública destacan que las complicaciones por aborto es la cuarta causa de mortalidad materna.
El Gobierno dominicano fue claro al fijar su posición en torno a este espinoso tema, cuando propuso al Congreso incluir en el Código Penal no castigar la interrupción del embarazo solo en tres condiciones. Una de éstas es si el feto tiene una malformación incompatible con la vida. Lograr este cometido, sería “equiparar nuestra legislación con la de la mayoría de los países del mundo”, según la posición estatal
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