Bruselas, 25 mar (EFE).- Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) pasarán al horario de verano este domingo, como todos los últimos fines de semana de marzo, un cambio regulado en la legislación europea con el objetivo de ahorrar energía optimizando al máximo la iluminación solar.
En la noche del sábado al domingo, los europeos dormirán menos, al tener que adelantar una hora los relojes.
La Comisión Europea (CE) decidió armonizar la fecha de inicio del cambio al horario de verano, que en un principio cada país decidía entre marzo y abril, para evitar desajustes como, por ejemplo, el que afectaba a los horarios de los trenes que cruzaban Europa.
El cambio se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.
Esta medida cuenta, sin embargo, con detractores, quienes alegan que tiene efectos perjudiciales sobre la salud humana y animal, ligados a la secreción de melatonina, sustancia que regula el sueño.
El año pasado el Parlamento Europeo (PE) debatió por primera vez la posibilidad de revisar la normativa comunitaria sobre el cambio horario.
Eurodiputados de distintos grupos políticos se refirieron a las quejas de muchos ciudadanos, ante las molestias que conlleva tener que cambiar de hora dos veces al año.
La Comisión Europea, por su parte, señaló al respecto que la institución estaba abierta a modificar la normativa vigente, pero recalcó que cree que la directiva actual es "el marco adecuado".
Alertó en particular de un escenario en el que algunos países decidan abolir el sistema actual y otros mantenerlo, por el caos que ello conllevaría.
Según un informe encargado por la CE para analizar el impacto potencial de cambiar a un horario no armonizado en la UE, publicado en julio de 2014, esa modificación causaría inconvenientes a "gran número de personas" y sería especialmente patente en el sector de los transportes, aunque también se podría extender a otros ámbitos.
"En su conjunto, los indicios sugieren que la modificación del enfoque armonizado no sería positiva para el mercado interior", concluye el documento.
Con el cambio de hora del domingo, tres Estados miembros (Reino Unido, Irlanda y Portugal) se colocarán a una hora de diferencia del horario GMT, mientras que España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Croacia y Holanda situarán sus relojes a GMT+2.
Por su parte, Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía adelantarán la hora a GMT+3. EFE
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