Tradicionalmente, la prensa en general ha sido catalogada como “el cuarto poder” por su gran influencia en los cambios sociales y toma de conciencia de los ciudadanos de una nación. Con el auge de Internet, este poder se ha extendido al ciberespacio con la particularidad de que las noticias corren a la velocidad de un rayo, o mejor dicho, a la velocidad de un click.
“Estamos en una era de cambios profundos en la comunicación. Los medios tradicionales funcionaban en una comunicación de una sola vía y hoy en día todas las partes involucradas pueden interactuar. Las redes sociales han dinamizado y acelerado ese proceso de difusión de información”, así lo afirma Isaías Miguel Ortiz, catedrático universitario en materia de nuevas tecnologías de la información.
¿Qué sucede cuando los ciudadanos toman control de las informaciones a través de las redes sociales?
En el presente, cada persona tiene en sus manos un medio de comunicación. En el uso cotidiano que se le daba a los medios de comunicación, quien ostentaba el control, ostentaba gran poder, pero en la actualidad, ese poder se ha repartido entre las masas, dotándole a cada persona la capacidad de ser portavoz y difusor de información.
En el presente, cada persona tiene en sus manos un medio de comunicación. En el uso cotidiano que se le daba a los medios de comunicación, quien ostentaba el control, ostentaba gran poder, pero en la actualidad, ese poder se ha repartido entre las masas, dotándole a cada persona la capacidad de ser portavoz y difusor de información.
La difusión de los mensajes ya no depende de la pertenencia al medio, sino de la capacidad de una persona para movilizar y hacer que este mensaje llegue a los demás y estos se sumen a la conversación. “Estamos ante un proceso de democratización de la información y de acceso a los medio de comunicación”, señala Ortiz en una conversación con Listindiario.com.
“El poder implica una gran responsabilidad. El tema es que no todos estamos preparados para asumir esa responsabilidad”, añade el también consultor tecnológico y periodista digital. Explica que tanto poder, en mano de tanta gente, lleva a que cualquiera con buena o mala intención, pueda ocasionar un daño a terceros, con el agravante de que se difunde a una gran velocidad, creando así el gran peligro o amenaza, ya que implica, a la vez, mayores esfuerzos para contrarrestar el efecto negativo de los mensajes.
Muchas personas, en especial figuras reconocidas, han sido víctimas de la divulgación de informaciones personales, fotografías o datos confidenciales a través de las redes. Justo el pasado jueves, la comunicadora Nashla Bogaert daba unas declaraciones relacionadas a unas fotografías suyas que se divulgaron, en la cual la joven aparece desnuda. Twitter le sirvió también de canal para recibir mensajes de apoyo y afecto de parte de sus seguidores y para ella responderles en señal de agradecimiento, utilizando esta misma vía.
Según el criterio de Ortiz, los usos de los medios sociales son tan diversos como personalidades existen. El límite se sobrepasa cuando se comparte información que potencialmente se podría usar en contra de quien la da a conocer, que podría dañar su imagen si se toma fuera de contexto.
La regla general que propone en el uso de las redes es no compartir nada que no haría en el mundo real. Explica que cuando adoptamos poses y no nos comportamos como muestra nuestro perfil dentro de un ambiente académico o laboral, las fotos y mensajes pueden llegar a un posible empleador, socio o cliente potencial y perjudicar la imagen de esa persona, porque queda un rastro histórico que puede ser encontrado meses después de la publicación e incluso años más tarde.
El uso periodístico de las redes por parte de los ciudadanos
El periodista sigue protocolos, está formado para acudir a las fuentes y validad la veracidad de los hechos, pero, ¿qué sucede cuando la mayoría de los usuarios de redes sociales no se toman la molestia de verificar si la información es cierta y simplemente la redistribuyen en cadena?
El periodista sigue protocolos, está formado para acudir a las fuentes y validad la veracidad de los hechos, pero, ¿qué sucede cuando la mayoría de los usuarios de redes sociales no se toman la molestia de verificar si la información es cierta y simplemente la redistribuyen en cadena?
De acuerdo a una información difundida el pasado 12 de noviembre a través del portal Puromarketing.com, en una investigación en la cual se analizaron más de dos millones de enlaces colocados en Twitter, se determinó que el 14.64% de los enlaces habían sido retuiteados sin los lectores hacer click sobre el mismo para leer el contenido amplio de la historia y el 16.12% de los mensajes poseían más retuits que clicks sobre los contenidos.
Esto refleja el hecho de que porque una información sea retuiteada o difundida, no garantiza que el lector esté consciente de lo que está reproduciendo o que domine sus detalles, ya que se conforman con leer solamente el titular que acompaña a los enlaces.
Uno de los tuiteros más influyentes en República Dominicana, Sergio Carlo, se vio inmerso en una polémica cuando el pasado día 16 difundió una fotografía donde se observaba a unos recién nacidos colocados dentro de cajas.
La divulgación del mensaje llegó hasta el punto de que la vicepresidenta, Margarita Cedeño de Fernández, se presentó en la Maternidad La Altagracia, donde más tarde se pudo certificar que la imagen pertenecía a un hospital de Honduras.
Ante esta problemática, Isaías Miguel asegura que el nuevo rol de los medios es “ser certificadores de la información. Antes los medios llevaban las primicias, eran los primeros que daban la información. Hoy día esa información viaja primero por las redes sociales”.
Los medios intervienen porque a pesar de que las informaciones viajan a gran velocidad, la gente hasta que no lo ve en un medio periodístico, no lo da como un hecho, no lo da por sentado, por lo tanto, no asume que ha sido confirmado.
Aún una porción limitada tiene acceso a las nuevas tecnologías, a esos mensajes virales, mundiales. Esos que tienen el acceso, de hecho, representan a la masa crítica; son los que toman decisiones, son la clase media, los que consumen. Es la que puede tomar postura y puede reaccionar y a pesar de que no todos los ciudadanos tengan acceso a las redes sociales, se produce un efecto de propagación de mensaje offline al intercambiar ideas con las personas del entorno de cada cual.
Ortiz cita el ejemplo del jovencito que llega a su casa y le comparte a su madre o a su abuela los temas que están generando debates en las redes y eso despierta entusiasmo o repudio en esas personas que no tuvieron acceso a la información de primera mano a través de medios sociales.
Para mi futura hija
“Para mi futura hija” es el video que ha acaparado la atención de los dominicanos en los últimos dos días dentro de las redes sociales. Un padre decide hacer un compilatorio de imágenes para mostrarle a su hija que aún no ha nacido fragmentos de la realidad dominicana.
“Para mi futura hija” es el video que ha acaparado la atención de los dominicanos en los últimos dos días dentro de las redes sociales. Un padre decide hacer un compilatorio de imágenes para mostrarle a su hija que aún no ha nacido fragmentos de la realidad dominicana.
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