El veterano toletero dominicano David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, no tuvo mucha acción con el bate, pero acaparó los reflectores en las mayores al ser protagonista en su último Juego de las Estrellas, en el que participaron 27 peloteros latinoamericanos, con 23 que vieron acción.
Entre ellos estuvo el receptor venezolano Salvador Pérez, de los Reales de Kansas City, decisivo en el triunfo de la Serie Mundial que logró el año pasado su equipo, y que volvió a tener protagonismo con el bate al pegar jonrón que ayudó a la victoria del Joven Circuito.
Mientras que por la Nacional, el dominicano Marcell Ozuna, de los Marlins de Miami, colaboró remolcando una de las dos anotaciones que consiguió su equipo.
Ortiz estuvo apenas dos episodios en el campo de juego y en el tercero fue sustituido por su compatriota Edwin Encarnación, de los Azulejos de Toronto, y aunque las predicciones de su hijo de que conectaría cuadrangular no se cumplieron, el dominicano comprobó una vez más que es un líder en las Grandes Ligas y que, como tal, fue despedido en su último Juego de las Estrellas.
El triunfo fue para su equipo la Liga Americana por 4-2 sobre la Liga Nacional, en el "Petco Park" de San Diego.
Ortiz fue una vez a la caja de bateo y no hizo contacto, y después salió para ser sustituido por Encarnación.
En ese momento los 42.386 asistentes al campo de juego se levantaron y lo despidieron con ovaciones y vitoreando su nombre, mientras que todos sus compañeros de la Americana salieron del dugout para abrazarlo.
El juego tuvo la característica de que marcó el último en el que participa Ortiz, quien tuvo una breve aparición en su décimo y último Juego de las Estrellas.
Ortiz indicó que "Se suponía que debía conectar un cuadrangular en mi segundo turno al bate. Mi hijo me dijo que me iban a lanzar una bola rápida, pero el primer lanzamiento era un cambio de velocidad".
"Después el lanzador me tiró y yo lo observé como preguntándole si quería romperme la espalda, pero el lanzador me dijo que "era culpa del receptor."
El lanzador, el cubano José Fernández admitió que "No podía creer que en realidad yo le estaba lanzando a él. Los dos nos miramos el uno al otro y sonreímos."
"Firmó la camiseta que traje para él", declaró el joven de 23 años de edad, abridor estelar de los Marlins.
Ortiz abandonó el campo de juego con marca de 0 de 1 en su último Juego de las Estrellas.
Su novena, los Medias Rojas, escribió en su cuenta social "Gracias, Papi", como cariñosamente apodan a Ortiz.
En el ataque Pérez (1) pegó jonrón en la parte baja de la segunda entrada llevando a un compañero en el camino.
El venezolano hizo dos viajes a la caja de bateo y pegó sólo una vez, remolcó dos carreras y llegó una vez a la registradora.
Por los Nacionales, el ataque constó sólo de dos carreras, una de ellas remolcada por Ozuna.
El dominicano tuvo dos viajes a la caja de bateo y pegó una vez, remolcando carrera.
En el cuarto episodio Ozuna conectó sencillo al jardín central empujando a la registradora al receptor Buster Posey con la segunda y última carrera de la Nacional.
Aunque los anteriores cuatro peloteros latinoamericanos fueron los que tuvieron producción el resto de los seleccionados también tuvieron participación y vivieron la experiencia como algo importante en sus carreras profesionales.
El caso de la presencia por primera vez de dos lanzadores colombianos en el Juego de las Estrellas, con José Quintana, de los Medias Blancas de Chicago, que trabajó en el relevo de la Americana, mientras que su compatriota Julio Teherán, de los Bravos de Atlanta, lo hizo con los de la Nacional.
Quintana trabajó la quinta entrada completa en la que cedió un imparable con un ponche tras realizar 13 lanzamientos y 10 fueron de "strike".
Teherán también trabajó el quinto desde el montículo para la Nacional y estuvo perfecto al sacar los tres "outs" sin que le pegasen de hit y hizo un lanzamiento menos que su compatriota Quintana al completar la docena con nueve que también colocó en la zona buena.
El que no salió al montículo fue el veterano dominicano Bartolo Colón, de los Mets de Nueva York, su noveno equipo en las Grandes Ligas, con el que a los 43 años volvió al Partido de las Estrellas, el cuarto de su dilatada y brillante carrera profesional.
"Vamos a terminar esta temporada y si el Señor me da la oportunidad de volver el año que viene, me gustaría hacerlo", comentó Colón, que estuvo por primera vez en el Clásico del Verano con los Mets.
El resto de los peloteros latinoamericanos que estuvieron en San Diego confirmaron que sin su presencia el Juego de las Estrellas hubiese sido diferente y que sin aportación durante la temporada regular la competición del béisbol de las Grandes Ligas tampoco sería la misma.DE EFE
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