De forma casi imperceptible, los lagos Enriquillo y elAzuei, del lado haitiano, han bajado a un nivel, que parecen similar al que tenían cuando comenzaron a engullir las tierras de su entorno.
Esta situación ha motivado que algunos agricultores de esta zona comenzaran a recuperar parte de sus predios que habían quedado bajo las saladas aguas del lago Enriquillo. Cuando se realiza la llamada “vuelta al lago”, en un recorrido por la parte norte, desde Villa Jaragua hasta Boca de Cachón, se puede observar que ya las plantaciones no están bajo las aguas, como sucedió en los últimos años.
La crecida de los dos lagos tuvo su punto máximo en el año 2011, cuando las aguas no solo tomarán las plantaciones, sino también las viviendas de Boca de Cachón, obligando a que este comunidad sea trasladada a una nueva que construyó el gobierno. Unas mediciones hechas por un equipo de investigadores del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que realizó un estudio para determinar las causas por las cuales se produjo la crecida del lago dominicano, predijo que comenzarían a bajar a partir del año 2013.
Al retirarse el lago, gran parte de la tierra quedará saturada de sales, lo que impediría su cultivo a menos que el Estado invierta recursos para eliminar las capas superiores, que es donde se concentran las sales, y construya muros con ese mismo material para prevenir nuevas incursiones, propuso el equipo, dirigido por el físico Ramón Delanoy, catedrático de la UASD. Los agricultores de la zona parecen haberle tomado la palabra y en algunos lugares que se han desalinizado tienen siembras de plátanos, maíz, y otros rublos.
Los que se quedaron
A pesar de que fueron desalojados y ubicados en un nuevo lugar, algunas personas se quedaron viviendo en el viejo Boca de Cachón, en vivienda sin los servicios más elementales. La directora de Eventos y Asuntos Comunitarios de la Presidencia de la República, Greybby Cuello, explicó que esas personas pertenecen a familias que vivían juntos a sus parientes al momento del censo que se realizó y luego de la reubicación regresaron para alegar que no se le tomó en cuentas.
A pesar de que fueron desalojados y ubicados en un nuevo lugar, algunas personas se quedaron viviendo en el viejo Boca de Cachón, en vivienda sin los servicios más elementales. La directora de Eventos y Asuntos Comunitarios de la Presidencia de la República, Greybby Cuello, explicó que esas personas pertenecen a familias que vivían juntos a sus parientes al momento del censo que se realizó y luego de la reubicación regresaron para alegar que no se le tomó en cuentas.
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