Agradezco al buen amigo José Frank Peña Guaba, quien a través de sus reflexiones que remite a varios grupos de WhatsApp en los que participo, me ha motivado a escribir estas líneas a las que he titulado: DANDO DATOS: Agonía y muerte de los Partidos Políticos en República Dominicana
En los últimos 25 años, los principales Partidos Políticos de la segunda mitad del siglo pasado en nuestro país, han prácticamente desaparecido debajo de nuestras narices.
CASO PRSC
A partir de la conformación del Frente Patriótico en 1996, el otrora Partido Reformista Social Cristiano de Joaquín Balaguer, no ha vuelto jamás a tener incidencia electoral ni representar ninguna cuota importante de poder, que haya sido ganada en las urnas con el debido respaldo electoral.
Han pasado 10 procesos electorales después de 1996 y el PRSC jamás ha obtenido una votación que alcanzase dos dígitos en el porcentaje de votos emitidos.
Después de la muerte de Balaguer, han muerto también Jacinto Peynado, Carlos Morales Troncoso, José Enrique Sued y Amable Aristy Castro, quienes se perfilaban como los actores llamados a heredar el capital político del viejo caudillo de Navarrete, y vale destacar que todos murieron fuera del PRSC, del cual fueron saliendo uno a uno, luego de situaciones de crisis internas que fueron presentando diferentes resquebrajamientos que terminaron llevando al PRSC al estado de coma político en el que se encuentra desde hace ya varios años.
No son pocos los analistas políticos y estudiosos de la sociología, que consideran que el PRSC fue absorbido por el PLD y que la clase conservadora del país y sus principales exponentes y representantes, migraron sus simpatías desde el PRSC hacia el PLD.
CASO PRD
El caso del PRD es más complejo y tiene una lista de jornadas históricas con más incidentes que los demás partidos del sistema.
Ni los conflictos y diferencias personales de sus líderes fundadores en La Habana luego de 1939, ni la renuncia de Juan Bosch en 1973, ni las luchas de tendencias en 1978, ni el suicidio del Presidente Guzmán en 1982, ni la división de Peña Gómez y Jacobo Majluta en 1986, ni la crisis por la reelección de Hipólito Mejía en 2004, pudieron hacerlo desaparecer del sentimiento y el escenario político dominicano.
Sin embargo, cual imperio napoleónico, su batalla de Waterloo llegaría en 2011, en la competencia por la candidatura presidencial entre Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía, que selló la estocada mortal del PRD, el día de la convención, que fue el 6 de Marzo de ese año, oh paradojas de la vida, la misma fecha del natalicio de José Francisco Peña Gómez.
A partir de ese día, el PRD jamás ha vuelto a ser el buey que más hala, y tal como lo vaticinó el propio Dr. Peña Gómez, a partir de ese día, el PRD empezó a destruir al PRD.
Luego de los resultados de las elecciones del 2012, Hipólito Mejía y Luis Abinader encabezaron la fundación del hoy gobernante PRM y la D de Dominicano fue cambiada por la M de Moderno, como símbolo de la estocada mortal que ha herido de muerte al PRD y lo ha llevado a descansar en la misma sala de cuidados intensivos donde se encuentra el PRSC de Joaquín Balaguer.
Pareciera como si ambos pacientes estarían vivos aún, solamente por estar conectados a unas máquinas de respiración artificial, que administran sus presidentes, ya que para nadie es un secreto que el PRD existe hoy, única y exclusivamente por la voluntad de Miguel Vargas y el PRSC por la de Federico (Quique) Antún.
CASO DEL PLD
A raíz de los resultados electorales de las elecciones del 2020, el turno parece haberle llegado ahora al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Al igual que como pasó con el PRD en 1973, la salida de su Líder y Presidente Leonel Fernández, ha sido como una estocada mortal que inició un proceso de hemorragia interna que ha debilitado fuertemente a ese Partido.
A esto habría que agregarle, la batalla que por su salud está librando el ex presidente Medina, lo cual limita su presencia y participación en el escenario político, además de la falta de identidad y reconocimiento del nuevo aspirante presidencial de ese partido, con la intención de voto de quienes se identifican como simpatizantes y militantes del PLD.
No obstante, nada de esto es nuevo en la historia política dominicana. Desde nuestra fundación como Nación, hemos tenido partidos políticos que han desaparecido por la migración de sus votantes y simpatizantes, desde un partido a otro.
Los herederos del movimiento fundador de la Patria, Los Trinitarios, pasaron a formar el partido azul del general Gregorio Luperón, que luego pasó a ser el partido de los bolos de Ulises Heraux (Lilis), mientras que el partido rojo de Buenaventura Báez, luego pasó a ser el partido de los coludos de Ramón Cáceres y Horacio Vásquez.
El Partido Dominicano de Trujillo, fue disuelto después de la muerte del dictador y el electorado se dividió entre el 1J4 de Manolo Tavárez Justo, partido que desapareció a raíz de la muerte de su líder y la Unión Cívica Nacional de Viriato Fiallo, que también desapareció después de las elecciones de 1962 que ganó el Profesor Juan Bosch.
El Movimiento Nacional de la Juventud (MNJ) de Víctor Gómez Bergés, también el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC) de Alfonso Moreno Martínez y el Movimiento de Integración Democrática Antireeleccionista (MIDA) de Francisco Augusto Lora, desaparecieron como Partidos, luego de fusionarse con el Partido Reformista de Joaquín Balaguer.
Los movimientos y partidos de izquierda, subversivos y liberales en medio de la guerra fría, tales como el MPD, PACOREDO, FRAGUA, PCD, entre otros, también han prácticamente desaparecido del escenario político dominicano.
En fín… el PRSC fue absorbido por el PLD. El PRD ha sido absorbido por el PRM. Y ahora todo parece indicar, que le tocará el turno al PLD, de ser víctima de la absorción por parte de Leonel Fernández y la Fuerza del Pueblo.
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