Grupos integrados por civiles y militares se combinaron para ejecutar el asesinato de siete extranjeros y darle un “tumbe” de 1, 300 kilos de cocaína y 20 millones de dólares.
Los cadáveres del grupo asesinado en la matanza de Paya yacen sobre un terreno cercano a un área cañera de Ojo de Agua, en el distrito municipal Paya, de Baní.Este viernes, 4 de agosto, se cumplen 15 años del brutal asesinato de siete colombianos en el sitio conocido como Ojo de Agua, en la localidad de Paya, de este municipio.
El suceso, bautizado los medios nacionales de comunicación de le época como “La matanza de Paya”.
Se recuerda que la madrugada de aquel día un grupo de militares y civiles dominicanos, con el propósito de darle un tumbe a miembros del cartel de los extranjeros, de 1, 300 kilos de cocaína y 20 millones de dólares, secuestró a los extranjeros pasadas las 7:00 de la noche, en su residencia de Paya.Luego, condujeron al grupo a la zona cañera de Ojo de Agua, donde fueron ejecutados, según reveló a las autoridades Orín Clinton Gómez, único sobreviviente de la matanza.
Ni el dinero ni la droga aparecieron jamás, pero 16 de 22 imputados en el caso fueron condenados por el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, en 2010, a penas desde 3 hasta 30 años de prisión.
LAS INVESTIGACIONES
La matanza de Paya fue un hecho que estremeció a tal nivel a la sociedad dominicana que motivó una pesquisa a la que se integraron las elites superiores de los cuerpos investigativos de la Policía Nacional y otros organismos militares de inteligencia.
Entre esas autoridades, destacan el procurador general de la República, Radhamés Jiménez Peña; el jefe de Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín; el director del Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), Ramón Antonio García Aquino; el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Gilberto Delgado Valdez; el director de la sección antinarcóticos de la Policía, Ramón Francisco Rodríguez, el director del J-2 Ejército Nacional, Pedro Cáceres Chestaro, quienes en septiembre 2008, ofrecieron detalles de la operación y de las indagatorias.
También fueron parte de esas autoridades Rafael Oscar Bencosme Candelier, exdirector de Investigaciones Criminales, y Juan Manuel Fructuoso Heredia, director de Inteligencia Delictiva, que estuvo a cargo de la investigación.
LA NOTICIA
El 4 de agosto del 2008, desde las 9:00 de la mañana la noticia se extendió como pólvora encendida en la ciudad banileja, primero, luego por todo el país y el mundo cuando el Ministerio Publico y agentes de la Policía llegaron al lugar del crimen y se encontraron con el asesinato a tiros de estas personas, con armas de fuego cortas y de alto calibre.
LA RUTA
Clinton Gómez reveló en los interrogatorios, según se informó en aquella ocasión, que el sábado 2 de agosto había salido desde la isla San Andrés (Nicaragua), junto a los colombianos Enrique Martín Gutiérrez, (El Washy), Apolinar Altamirano Cuéllar y Geovanny Alejandro Bawie Duffis, rumbo a República Dominicana con un alijo de 1,300 kilos de cocaína.
Contó que llegaron a aguas nacionales pasadas las 7:00 de la noche y “El Washy” contactó por teléfono a Atencio Vargas (El Don), el jefe aquí del cártel, y a otros miembros de la organización.
Luego, continuaron ruta hacia las costas de Azua, al sitio conocido como Playa Villeya, donde ya los esperaban en una yipeta que los condujo a la casa en Paya, donde vivía el resto de las víctimas de esa madrugada.
EL SECUESTRO
Estando ya en Paya, próximo al mercadito y a la carretera Sánchez, penetraron al patio de la vivienda, “varios individuos con armas largas y cortas”.
“Los sacaron violentamente del vehículo, los esposaron y llevaron al lugar de la matanza”, habría dicho Clínton.
LOS MUERTOS
Estos fueron los ejecutados; Darío José Atencio (El Jefe y/o El Don y/o Cañarete), cabecilla del grupo que operaba entre Baní, República Dominica y Colombia, un cartel de narcotráfico de altas operaciones, que involucró a empresarios, comerciantes, oficiales de La Armada Dominicana y policías activos y en retiro.
Los otros asesinados fueron; Eduardo Fabio de León Perozo (Negro Bollo y/o El Gordo), Jesús del Río Hans (Blanquito), Oscar Darío Naranjo Mejía (Fierrito), Antonio Zuluaga Mustiola o Cerino Enrique, Marín Gutiérrez, Apolinar Altamirano Cuéllar.
Hubo un sobreviviente, Orín Clinton, alias “El nicaragüense”. Recibió tres disparos, pero se hizo el muerto y logró sobrevivir para contar la historia en los interrogatorios que siguieron.
LA SENTENCIA
Los responsables fueron imputados de los cargos de narcotráfico, homicidio múltiple, asociación de malhechores y lavados de activos, entre otros, por los que el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, que presidió en la ocasión la juez Alina Mora de Mármol, emitió sentencia con penas de 30, 20, 10, 5 y 3 años de prisión y multas.
A 30 años fueron condenados, Luis Lara y José Luis Montás (El Duro Motors), que falleció en prisión, sindicado junto a Lara, como cabecillas y patrocinadores del asesinado de los colombianos.
Los exmarinos, Edward Mayobanex Rodríguez Montero (Comando), Miguel Peña Figuereo (Peñita), Ricardo Guzmán Pérez (El Tuerto), Jorge Luis Chalas y Antonio Roche Pineda, también a 30 años de prisión, bajo los mismos cargos.
A 20 años están Dennys Jairo Rodríguez Pérez, Yaneuris Manuel Calvo Tejeda, Andrés Tapia Balbuena y el nicaragüense Orín Clinton Gómez (único sobreviviente de la matanza).
Sentenciados a 10 años fueron, Jesús Sánchez Piña y Scarlet Aristy Rosa (única mujer involucrada en el caso). A Augusto Alberto Dannery Andújar; acusado de ser testaferro del colombiano Darío Atencio (El Don), se le impuso una pena de 3 años de prisión, mientras que a Marcos Fajardo y Andrés Berroa Mercedes (Capi), le tocaron 5 años a cada uno.
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