James Brewster sigue siendo embajador de Estados Unidos en el país y tiene la palabra y confianza de la administración de Barack Obama.“La Embajada de Estados Unidos denuncia cualquier rumor sobre el embajador Brewster... El embajador Brewster tiene la completa palabra y confianza del presidente Obama y de la gente estadounidense”, dijo @EmbajadaUSAenRD en su cuenta de Twitter para aclarar una versión divulgada sobre la supuesta salida de Brewster del cargo.
La explicación de la Embajada en Twitter surge ante la publicación del medio digital “LeoNoticia”, que daba cuenta que “Brewster ya no es embajador en República Dominicana”. Ese medio informó que Brewster fue llamado desde el Departamento de Estado y se le prohibió todo tipo de accionar y que solo puede participar de actividades sociales y no hacer ningún tipo de declaraciones que entorpezcan las relaciones EE.UU–RD.
El pasado lunes, el embajador Brewster dijo que República Dominicana es “un puente grande” para las drogas. Asimismo, afirmó que aquí no se enfrenta la corrupción, lo cual está provocando que empresarios norteamericanos estén pensando en irse del país por los grandes casos de corrupción.
Sus declaraciones provocaron la respuesta del presidente Danilo Medina, quien dijo que si la República Dominicana se ha convertido en un gran puente para el tráfico de drogas hacia ese país, “Estados Unidos es una avenida de 10 carriles para esa droga”. Medina pidió al embajador que presente casos de corrupción y condenó que se generalice: “Es que hablar en términos generalizado siempre es peligroso”.
Polémico
Las críticas de James Brewster a la corrupción en el país, su defensa a los derechos de la comunidad LGTB, su visita a una escuela de Santiago en compañía de su esposo Bob Satawake y los choques con el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario le han valido cuestionamientos.
El pasado 11 de marzo, a propósito de una petición que llegó a la Casa Blanca en la que se pedía al presidente Barack Obama su destitución “por promover una agenda LGBT incompatible con los valores del país”, la Embajada defendió al diplomático.
El 15 de marzo de 2016, la Conferencia del Episcopado Dominicano demandó del Gobierno actuar con responsabilidad y elevar una protesta formal ante el de los Estados Unidos por lo que describió como extralimitaciones del embajador James Brewster. Los obispos señalaron que Brewster comete abuso de poder, muestra poco respeto a los usos y costumbres de la sociedad, viola tanto la Constitución de la República como la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que rige la diplomacia internacional actual, y amenaza con quitar la visa a quien lo critique.
Bajo la representación de Brewster también le fue retirada la visa diplomática y personal a Roberto Rosario. El pleno de la Junta Central Electoral demandó de la Cancillería dominicana una explicación de las razones que motivaron la revocación de la visa diplomática al presidente de la JCE.
En las relaciones diplomáticas un jefe de misión de un Estado Emisor no debe inmiscuirse en los “asuntos internos” del Estado acreditante. El mayor riesgo que corre un embajador, en el lenguaje diplomático, es que el país que lo recibe lo declare “persona non grata” y, por consiguiente, sea retirado. Así lo establece la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. No es costumbre de la diplomacia dominicana reaccionar con protestas o rudeza a acciones de representaciones de otros países.
La explicación de la Embajada en Twitter surge ante la publicación del medio digital “LeoNoticia”, que daba cuenta que “Brewster ya no es embajador en República Dominicana”. Ese medio informó que Brewster fue llamado desde el Departamento de Estado y se le prohibió todo tipo de accionar y que solo puede participar de actividades sociales y no hacer ningún tipo de declaraciones que entorpezcan las relaciones EE.UU–RD.
El pasado lunes, el embajador Brewster dijo que República Dominicana es “un puente grande” para las drogas. Asimismo, afirmó que aquí no se enfrenta la corrupción, lo cual está provocando que empresarios norteamericanos estén pensando en irse del país por los grandes casos de corrupción.
Sus declaraciones provocaron la respuesta del presidente Danilo Medina, quien dijo que si la República Dominicana se ha convertido en un gran puente para el tráfico de drogas hacia ese país, “Estados Unidos es una avenida de 10 carriles para esa droga”. Medina pidió al embajador que presente casos de corrupción y condenó que se generalice: “Es que hablar en términos generalizado siempre es peligroso”.
Polémico
Las críticas de James Brewster a la corrupción en el país, su defensa a los derechos de la comunidad LGTB, su visita a una escuela de Santiago en compañía de su esposo Bob Satawake y los choques con el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario le han valido cuestionamientos.
El pasado 11 de marzo, a propósito de una petición que llegó a la Casa Blanca en la que se pedía al presidente Barack Obama su destitución “por promover una agenda LGBT incompatible con los valores del país”, la Embajada defendió al diplomático.
El 15 de marzo de 2016, la Conferencia del Episcopado Dominicano demandó del Gobierno actuar con responsabilidad y elevar una protesta formal ante el de los Estados Unidos por lo que describió como extralimitaciones del embajador James Brewster. Los obispos señalaron que Brewster comete abuso de poder, muestra poco respeto a los usos y costumbres de la sociedad, viola tanto la Constitución de la República como la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que rige la diplomacia internacional actual, y amenaza con quitar la visa a quien lo critique.
Bajo la representación de Brewster también le fue retirada la visa diplomática y personal a Roberto Rosario. El pleno de la Junta Central Electoral demandó de la Cancillería dominicana una explicación de las razones que motivaron la revocación de la visa diplomática al presidente de la JCE.
En las relaciones diplomáticas un jefe de misión de un Estado Emisor no debe inmiscuirse en los “asuntos internos” del Estado acreditante. El mayor riesgo que corre un embajador, en el lenguaje diplomático, es que el país que lo recibe lo declare “persona non grata” y, por consiguiente, sea retirado. Así lo establece la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. No es costumbre de la diplomacia dominicana reaccionar con protestas o rudeza a acciones de representaciones de otros países.
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