Perro callejero. Jorge Gonzalez
Al caminar por cualquier barrio del Gran Santo Domingo no le sorprende a nadie que de repente le salga al paso uno o una manada de perros ladrando de manera insistente mientras muestran sus dientes y ojos a medio cerrar, pero llenos de furia y adrenalina.
Y no es para menos, ya que esta megalópolis se ha convertido en una “ciudad de perros”, debido a que es casi imposible caminar por la ciudad sin ver a estos nobles animales en cualquier lugar, vagando, alimentándose, durmiendo, reproduciéndose o solo descansando.
Los perros se vuelven callejeros por el abandono de sus dueños, porque se pierden o nacieron en la calle sin dueño. Vivir sin hogar, sin afecto, transitando por caminos inciertos, buscando un cálido cobijo, queriendo tener un dueño a quien querer, proteger y con quien sufrir se vuelve su obsesión, su dios y su religión.
Su caminar casi siempre es lento, con el cuerpo demacrado, y colores opacos, por el sol, la lluvia y la intemperie. Sus ojos expresan toda la tristeza y la incomprensión del maltrato que muchas veces reciben, pero no hay resentimientos en su corazón.
No hay nada más parecido a un perro callejero que un vagabundo, indigente o enfermo mental, ya que aparte de la aceptación, y ser visto como un problema social, solo busca un bocado de comida, un poco de agua, alimento, cobijo o simplemente alguien que pretenda ser su dueño.
En muchos países del mundo un perro callejero (en República Dominicana realengo o vira latas) es aquel animal que no tiene dueño, que vive en la calle, que come lo que encuentra en la basura o lo que le echan los buenos seres humanos. Son esos seres libre como el viento pero esa libertad la deben pagar con sufrimiento y maltrato.
Sobrepoblación
La proliferación o sobrepoblación de perros callejeros tiene básicamente como causas fundamentales a tomar en cuenta: en primer lugar, son abandonados por sus dueños por no alimentarlos. Además la falta de educación sobre la tenencia responsable de animales domésticos, quienes necesitan bienestar, cuidado, amor y respeto.
Pero quizás lo peor es que en el país no existe ningún plan o estrategia del estado para vacunar o castrar perras y perros en procura del control natal mediante la esterilización.
Da bastante pena decir que el único control de perros callejeros que existe en el país se debe a la gran cantidad de caninos que mueren en las vías por la imprudencia o temeridad de conductores que no tienen ningún miramiento a la hora de poder evitar atropellar al indefenso animal.
Aun las perras que tienen un hogar, cuando paren tendrán entre 3 y 6 crías, y estos terminarán en la calle dentro de una caja de cartón, ya que en los hogares dominicanos no existe la cultura de la esterilización ni sensibilización para tratar de buscar hogares a los recién nacidos.
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Responsabilidades
Todos los dueños de perros son responsables de su manutención y condiciones de vida. Estos deben proporcionarles un alojamiento adecuado, mantenerlos en buenas condiciones higiénicas y sanitarias. Además deben facilitarle cómo hacer ejercicios físicos y someterlos a chequeos veterinarios periódicamente.
Las alcaldías tienen la responsabilidad de crear albergues para animales, para dar alojamiento a los perros que sean atrapados en las calles. Determinar si tienen dueños y en caso contrario procurar que alguien lo reciba en adopción o luego la ley de protección animal determinara que se hará con ellos.
Origen Día Mundial
El Día Internacional del Perro Callejero fue impulsado por el periodista chileno Ignacio Gac, quien promovió por redes sociales la idea por distintos países de Latinoamérica.
El comunicador escogió el mes de julio, ya que las bajas temperaturas del invierno en el hemisferio sur exponen a los canes callejeros al frío extremo.
También con esto se busca fomentar la adopción y entender su importancia, así como crear conciencia del cuidado que merecen los animales.
Un apunte
Cantidad
Según estadísticas del Centro Antirrábico Nacional, para el 2006 el país tenía alrededor de 90,000 de estos animales deambulando en ciudades y campos. La cantidad para el 2023 debe ser mayor debido al crecimiento de estas dos últimas décadas, en un país queda corta frente al actual crecimiento demográfico sin control.
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