miércoles, 2 de febrero de 2011

Mubarak promete que no se reelegirá EL PRESIDENTE SE NIEGA A RENUNCIAR EN LO INMEDIATO

EFE
Puerto Príncipe

El presidente egipcio Hosni Mubarak descartó ayer martes postularse para un nuevo mandato en septiembre, pero también se negó a renunciar de inmediato al cargo, en un discurso pronunciado mientras miles de opositores realizaban la mayor protesta contra su gobierno en una semana.

En el mensaje transmitido por la televisión estatal, Mubarak dijo anoche que terminará los últimos meses de su mandato para que haya una “transferencia pacífica del poder” y una reforma en las reglas para las elecciones presidenciales.

Mubarak tuvo en el discurso de 10 minutos el semblante sombrío pero habló con voz firme.

Insistió en que su decisión de no contender en los comicios de septiembre por un nuevo período de seis años no tenía nada que ver con las protestas, que comenzaron el martes 25 de enero. “Con toda sinceridad, sin importar las circunstancias actuales, nunca pretendí ser candidato para otro periodo”, afirmó Mubarak y, en tono dramático, prometió que morirá en suelo egipcio, en alusión a que los opositores piden también su salida del país.

“Esta es mi querida patria ... En la que he vivido, he luchado por ella y defendido su territorio, soberanía e intereses.

En su suelo moriré. La historia me juzgará a mí y a todos nosotros”, dijo Mubarak, un ex comandante de la fuerza aérea. Pero la concesión parcial -el fin de su mandato- fue rechazada de inmediato por los manifestantes congregados en la plaza principal de la capital egipcia.

Mientras veían el discurso en un televisor gigante en la plaza Tahir (Liberación), los opositores abuchearon a Mubarak y levantaron zapatos sobre sus cabezas en señal de rechazo. “!Largo, largo, largo!, no nos vamos hasta que te vayas”, gritaron.

Los activistas, de diferentes estratos sociales, dijeron que su objetivo era lograr marchas más concurridas para lograr la renuncia del presidente antes del viernes. Aparte de la capital, hubo manifestaciones en por lo menos cinco ciudades para rechazar la pobreza y la corrupción que le atribuyen al gobierno de Mubarak.

UN PROFUNDO MALESTAR FRENT AL RÉGIMEN
El movimiento opositor, desorganizado y espontáneo en un principio, es alimentado por el profundo malestar frente a un régimen autocrático al que se acusa de desconocer las necesidades de los pobres y permitir el florecimiento de la corrupción y los abusos. Luego de años de control estatal implacable y alentados por la caída del presidente tunecino, los manifestantes iniciaron una serie protestas sin precedentes en esta nación de 80 millones de personas, el país más poblado de la región y el centro de la producción literaria, musical y cinematográfica en árabe. La inestabilidad ha llevado a numerosas personas a salir de Egipto.

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