BRUSELAS — Centros de votación de buena parte de la Unión Europea abrieron el domingo mientras los votantes de 20 países participaban en unas elecciones que se esperaba inclinaran el Parlamento Europeo a la derecha y que podrían cambiar el rumbo del bloque comercial más grande del mundo.
La guerra en Ucrania, el impacto de la política climática sobre agricultores y ganaderos y la inmigración eran algunos de los temas en la mente de los votantes, que esta semana elegían a 720 miembros del Parlamento Europeo.
Los sondeos sugieren que los partidos tradicionales y proeuropeos mantendrán la mayoría en la cámara, aunque la derecha dura, incluidos partidos liderados por políticos como el holandés Geert Wilders o la francesa Marine Le Pen, ganarán terreno.
Eso podría hacer más difícil aprobar leyes y tomar decisiones en la UE.
Los parlamentarios de la UE deciden sobre legislación que va desde normas financieras a clima o política agraria. También aprueban el presupuesto de la UE, que además de financiar las prioridades políticos del bloque costea proyectos de infraestructura, subsidios agrícolas o la ayuda a Ucrania. Los eurodiputados tienen poder de veto en el nombramiento de la poderosa Comisión Europea.
Las elecciones se producían en un momento difícil para la confianza de los votantes en un bloque de unos 450 millones de habitantes. En los últimos cinco años, la UE se ha visto golpeada por la pandemia del coronavirus, una crisis económica y otra energética impulsada por el mayor conflicto terrestre en Europa desde la II Guerra Mundial. Sin embargo, la campaña suele centrarse en cuestiones de interés en los países concretos, en lugar de en cuestiones europeas más amplias.
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