Su bono de 40 mil dólares cae en los parámetros de lo normal, no así su procedencia, la cual coloca a Elvis Sánchez en un nicho especial en la historia del béisbol dominicano.
Mas allá de las habilidades que le mostró a los Mets de Nueva York en su firma en septiembre de 2010, este joven de apenas de 17 años tiene una particularidad nunca antes observada, que es la de convertirse en el primer pelotero dominicano en alcanzar un contrato para el profesionalismo habiendo nacido en la Isla Saona, un espacio que atrae al turismo por sus hermosas playas, manglares, la pesca y la belleza natural, no por el béisbol, la principal pasión de los dominicanos.
Con unos 550 peloteros quisqueyanos matriculados en Grandes Ligas y una historia tan amplia que sobrepasa los 15 mil firmados desde que Ruddy Hernández se convirtió en el primero en 1950, Sánchez se convierte en un caso especial por las características que representa su origen, un lugar de unos 110 kilómetros cuadrados, cuyas aguas cristalinas, variedad de aves, cientos de cocoteros llaman de inmediato la atención de una gran legión de turistas de todas las nacionalidades.
Nacido el 8 de febrero de 1994, desde pequeño su padre Radhamés Sánchez, uno de tantos pescadores que se ganaban la vida por esta vía en la Saona, jugueteaba con pelotas de “medias” con el hoy miembro de los Mets en la Liga de Verano, como una forma de que conozca el deporte que tantos frutos y logros le ha brindado a la República Dominicana.
No existían los sueños de alcanzar una firma para el profesionalismo, pues la Isla Saona no cuenta con parques para la práctica del béisbol, más bien el pequeño puñado que entrena lo hace en un terreno rústico y mínimamente adaptado para ello y que los dominicanos conocen como “sabana”.
Tampoco existen ligas de béisbol organizadas, apenas algunos jovencitos lo practican de manera informal y ni siquiera pensar en realizar intercambios con equipos de La Romana, la provincia más cercana, pues llegar hasta allá representa un viaje de algo más de una hora en una lancha rápida, tiempo que es mucho mayor si la travesía es realizada en barco.
Orgulloso de su origen
Sánchez, un espigado antesalista de 6’2 y 190 libras, se le escapó temprano a la isla adyacente, tenía siete años cuando su progenitor decidió emigrar hacia La Romana y de inmediato lo inscribió en la Liga de Béisbol Olmedo Santana, donde ya de manera formal recibió los primeros conocimientos sobre este pasatiempo.
“Me enorgullece haber podido firmar, desde pequeño mi padre me comenzó a enseñar las diferentes facetas del juego, él me pitcheaba y yo trataba de golpear la pelota”, recuerda Sánchez, uno de ocho hermanos y cuya madre Ramona Morales se dedica a la venta de collares en los alrededores de la playa.
Con sorpresa tomó la noticia Nelson Batista, vicepresidente de la Asociación de Béisbol de San Pedro de Macorís, cuando fue contactado vía telefónica por Listín Diario para conocer su opinión. “No sabía que había un pelotero firmado nacido de allá, oye es sorprendente, hasta dónde puede llegar el béisbol dominicano”, señaló el dirigente, quien también es oriundo de la histórica isla, descubierta por Cristóbal Colón el 14 de septiembre de 1494.
Sánchez, nacido en Mano Juan, uno de solo dos poblados que tiene la Saona se desarrolló en el programa de béisbol de Erick José, llegó a realizar “try out” hasta en el estadio de los Nacionales de Washington y en la actualidad registra su primera experiencia en la Liga de Verano con los Mets.
“Quisiera llegar bien lejos en el béisbol y poder llevar ayuda a la Isla Saona, ese es uno de mis anhelos”, afirma Sánchez, cuya abuela Consuelo Morla aún reside en el lugar y visita con cierta frecuencia. Ella fue una especie de partera cuando su progenitora lo alumbró.
Aunque su promedio de bateo de .162 (130-21) con tres jonrones y 14 remolcadas se encuentra en el plano de lo normal, Sánchez no importando cual sea su desarrollo en el béisbol, tiene ya un lugar privilegiado en el principal pasatiempo del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario