Los investigadores asignados al caso del asesinato de la profesora Lenny Feliz apuntan en la dirección de un sospechoso, por ahora, de la comisión del crimen, mientras ahondan con sus técnicas para desentrañar el hecho y formular el entramado final del horrendo crimen.
Por ahora, los investigadores presumen que el profesor Fernando Carrasco Roque (Chito), agobiado por problemas económicos, fue la persona que presuntamente asesinó a su colega Lenny Feliz y luego involucró a los otros dos maestros, a sabiendas de que estos tenían diferencias profesionales con la víctima, según evidencias que hasta la fecha han aparecido durante el proceso de investigación.
Según una querella presentada por el hermano de la víctima, Juan Carlos Feliz, en la policía de este municipio, a la profesora le robaron una computadora laptop, un equipo de acceso a banda ancha de Internet, prendas y dinero en efectivos.
A pesar de que la acusación incluyó a los profesores Luis Amauris Feliz Gómez (Felo) y a Sandro Feliz Santana, la jueza de la instrucción, Catalina Pérez, no encontró elementos de prueba para mantenerlos en prisión y ordenó su puesta en libertad a cambio de una garantía económica de 30 mil pesos.
En cambio contra Carrasco ordenó que sea mantenido en prisión preventiva durante tres meces.
El fallo enfureció a los familiares, que han permanecido en las afueras del Palacio de Justicia y la sede policial, lo que provocó que, por razones de seguridad, los presos fueran traslados ayer a la cárcel pública de Neiba.
Entrevistado por este medio en la sede policial, los profesores Luis Amauris Feliz Gómez, (Felo), de 43 años, de la Escuela El Guayabal; y Sandro Feliz Santana, de 38, de Agüita Blanca, insistieron en negar la acusación y dijeron desconocer por qué son involucrados por Carrasco.
“Estamos avergonzados sobre qué dirá la sociedad de nosotros, pero la verdad saldrá a relucir. Somos inocentes y no sé por qué Chito nos metió en esto”, intervino Sandro Feliz.
Admiten que conocían a la maestra, ya que pertenecen al mismo distrito escolar, pero “no nos vamos aliar con ese profesor para matar a Lenny, además él era el amigo de ella”.
Según versiones de los familiares durante una rueda de prensa, la Policía le ocupó a Carrasco recibos de compraventa de las joyas propiedad de la víctima, además de que puso su tarjeta de débito para obtener un préstamo con un comerciante de este municipio.
Sin embargo, en entrevista para este diario, en la sede de la Policía, el acusado dijo que era la profesora quien le debía unos 20 mil pesos que había obtenido de un “san” y lo había entregado a ella “para hacer política”. Fernando no solo era vecino de la víctima, sino su protegido y compañero en el gremio en la Asociación Dominicana de Profesores.
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