Como el final de una novela negra, todas las hipótesis, conjeturas y suposiciones en torno al asesinato Yessenia Altagracia Rivera Figueroa fallaron, y el culpable no fue el culpable, y el autor; toda una sorpresa: su mano derecha.
Cuando todo el mundo, incluyendo los familiares y los medios de comunicación, señalaban a Juan Carlos López Alcántara, el ex esposo de la víctima, de ser la persona que la noche del pasado 26 de julio la asesinó de un disparo en la cabeza cuando se encontraban en el interior de su vehículo en la avenida Venezuela, en Santo Domingo Este, el cual luego fue quemado con gasolina; el resultado fue muy distinto.
Según la acusación que presentó ayer la Fiscalía de la provincia Santo Domingo, el autor del hecho fue su primo y “hombre de confianza”: Emilio Rafael Trinidad Mendoza, quien para cometer el hecho contrató a dos jóvenes, un supueto menor de edad, y el otro, identificado como Willis Féliz.
Contra el menor de edad, quien se sindica actúo como sicario, no se dictó medida de coerción y fue enviado a la jurisdicción de menores en conflicto con la ley.
Mientras que el otro joven, identificado como Willis Féliz, fue buscado para que condujera la motocicleta que siguió el carro BMW de Yessenia. El motivo aparente fue el reclamo que le hacía la víctima, de 31 años de edad y madres de dos niñas; a su primo para que cumpliera con el compromiso de devolver el dinero fruto del negocio que realizaban, el préstamo de dinero a rédito. La suma podría superar los 400 mil pesos, dice la Fiscalía. Una gran parte de ese dinero era prestado en una tienda de San Isidro, donde Trinidad trabajaba como despachador.
La cita
Por eso que el día del crimen Trinidad citó a Yessenia para que se encontrasen en el parqueo de ese centro comercial donde la esperó en compañía de quien sería su verdugo.
“Cuando le preguntó por él, le dijo que era un compañero de trabajo de la tienda y que irían a un lugar a buscar un dinero, por eso él se monta al lado de ella y Matos en la parte de atrás”, narró ayer el fiscal Perfecto Acosta, en una rueda de prensa donde estuvo acompañado de equipo que le asistió en las investigaciones, incluyendo fiscales y policías.
También estaba el padre de la víctima, Santana Rivera, quien viajó desde Puerto Rico donde reside; y otros familiares.
Según las investigaciones, los tres iban en el interior del vehículo y en calle presidente Vásquez casi esquina Venezuela, del Ensanche Ozama; y después de recibir una señal; el sicario le disparó a Yessenia. La bala entró por la parte de atrás de la oreja y salió por un ojo, y sin embargo quedó con vida.
Matos abandona el vehículo y se monta en la motocicleta de Féliz , que le seguía, y abandonaron el lugar. Al quedar solo con la situación, Trinidad, corrió para atrás el asiento de la mujer y sin mover el cuerpo sangrante toma el volante y se detiene en una estación próxima para comprar un galón de gasolina.
Luego continúa por la Venezuela, en dirección Sur-Norte y al llegar al frente del Politécnico Nuestra Señora de la Altagracia, se detiene, rocía el combustible y enciende el carro, abandonando el lugar rápidamente.
Era de la familia
Los fiscales y policías acudieron a la residencia de la víctima e interrogaron a casi todo los miembros de la familia en busca de las pistas que lo llevaran al asesino: el ex esposo, López Alcántara.
Al recibir la información de que Trinidad podría ayudar “porque era su hombre de confianza y conocía sus secretos”, los investigadores pusieron especial interés en su testimonio, pero se llevaron una sorpresa: su relato no era coherente, además presentaba una quemadura reciente en la cara, que llamó la atención a uno de los fiscales. Sin embargo se le permitió “moverse” a tal punto que estuvo en la funeraria y el velatorio. Un examen de un forense determinó que la quemadura que tenía era de combustible. Le derrumbaron toda la coartada.
LE QUITARON LA VIDA POR “15 MIL PESOS”El gatillero narró ayer a los periodistas que vió como tres veces a quien le hizo la propuesta de matar a Yessenia por 15 mil pesos, que luego ni le pagó. También de facilitarle el arma de fuego, que luego entregó a un tal Chucho, a quien se busca.
“Él me ofreció darme 15 mil pesos para que le dé pa’ bajo y yo la quemé (le disparé), y después me apié del vehículo, me monté en el motor y me fui y él (Trinidad) siguió en el vehículo con ella viva”, dijo al ser cuestionado por los periodistas, quien en todo momento alegó que es menor de edad, pero la fiscalía lo determinará a través de un examen científico.
En tanto que Willis Féliz fue la persona que esperó en un motor a Capellán Matos hasta que cometiera el crimen. Dijo que solo fue contratado para que siguiera el carro de Yessenia, por cuyo trabajo cobraría mil pesos. Ambos residen en la calle Cuarta esquina Club de Leones, en Alma Rosa Segunda. En la tarde de ayer un juez de la instrucción de la provincia envió a prisión provisional a los acusados.
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