martes, 1 de julio de 2014

Creadores de ‘espacios’ La arquitectura, dice el arquitecto y escritor dominicano Gustavo Luis Moré, es un arte y una ciencia.

Santo Domingo
La historia de una ciudad es también la historia de su arquitectura, esas edificaciones que transforman los espacios y suscitan emociones estéticas al mismo tiempo que se suceden los cambios sociales, económicos y políticos. Como dice el arquitecto y escritor Gustavo Luis Moré en “Historias para la construcción de la arquitectura dominicana 1492-2008” (Grupo León Jimenes, 2008), la arquitectura es un arte y una ciencia. 
Según el autor, “pocos oficios humanos se desempeñan con una amplitud tan abarcadora, con una visión tan totalizante del mundo”. 
Opina, por ejemplo, que para la realización de una obra maestra de la arquitectura deben coexistir tres condiciones: la necesidad de la misma dentro de la sociedad que pagará por ella, la elección de la persona correcta para originar su creación y llevar de la mano su desarrollo; y encontrar la oportunidad precisa, “en otras palabras, los factores económicos y sicológicos deben ser los apropiados”.  
Sobre la definición del oficio del arquitecto, Moré prefiere la del alemán Nikolaus Pevsner (1902-1983), crítico y teórico de la arquitectura. 
¿Qué dijo Pevsner que Moré registró en su obra escrita en conjunto con los autores Esteban Prieto Vicioso, Eugenio Pérez Montás y José Enrique Delmonte? 
Escribió Pevsner: “Casi todo lo que encierra espacio en una escala suficiente como para permitir que un hombre se mueva en él, es una construcción; el término ‘arquitectura’ se aplica exclusivamente a edificios proyectados para suscitar una emoción estética. (...) Lo que diferencia la arquitectura de la pintura y de la escultura es precisamente su sentido espacial. En esto, y en esto sólo, ningún otro artista puede emular al arquitecto”.
La ciudad de Santo Domingo tiene muchas de esas obras que suscitan esa emoción. Elegimos, para la ocasión, algunas de las obras de quien está considerado el gran maestro de la arquitectura moderna dominicana. 
¿Sabes quién fue? ¿Conoces sus obras más relevantes? 
El maestro González 
Guillermo González nació en Santo Domingo el 3 de noviembre de 1900. Se graduó de arquitecto en 1930 en la universidad de Yale. Sus primeras grandes obras fueron el parque Ramfis (hoy Eugenio María de Hostos) y el edificio Copello (calle El conde); y el antiguo hotel Jaragua (1942). Según Gustavo Luis Moré, es González quien rompe con la indiferencia típica del habitante capitalino hacia su costa con la construcción del parque Ramfis. 
Con el edificio Copello, escribe el arquitecto Emilio José Brea, González introduce las líneas arquitectónicas del movimiento moderno en el país. Por ello y por su  legado (diseñó cientos de proyectos) es considerado el padre de la arquitectura moderna dominicana.
Son también obras suyas los hoteles Hamaca (Boca Chica), Montaña (Jarabacoa) e Hispaniola (Santo Domingo),  el Hipódromo Perla Antillana, la casa de la familia Vicini (1947, que diseñó junto a William Reid Cabral) y el edificio del Ayuntamiento del Distrito Nacional.  

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