La situación de los 36 heridos que se encuentran en estado crítico es motivo de preocupación para las autoridades españolas, tras la confirmación hoy de 78 muertos en el accidente de tren ocurrido anoche en las cercanías de Santiago de Compostela.
El personal de emergencias revisó durante la mañana todos los vagones y no encontró a más pasajeros, por lo que, aparte de los 78 fallecidos, consta la cifra de 178 heridos, de los que 36 están en estado crítico, 32 adultos y 4 niños.
No obstante, casi un centenar de heridos siguen ingresados en hospitales.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, acudió al lugar del accidente, que tuvo lugar al descarrilar un tren que cubría la línea entre Madrid y Ferrol (Galicia, noroeste de España), en un tramo en el que debía circular a ochenta km/h y en el que, según reconoció el propio maquinista, lo hacía a unos 190 km/h.
Rajoy visitó también a los heridos en varios hospitales y anunció después que el Gobierno ha decretado tres días de luto oficial en España, que se unen a los siete fijados por el Ejecutivo regional de Galicia.
El presidente del Gobierno, natural de Galicia, explicó que ahora mismo hay dos pesquisas abiertas, una judicial y otra de la comisión de investigaciones de accidentes ferroviarios, dependiente del Ministerio de Fomento (Transportes e Infraestructuras).
Declaró asimismo que el "reto capital" es identificar cuanto antes a las víctimas porque "los familiares no pueden vivir en una situación de incertidumbre".
Según afirmó el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez la identificación de los fallecidos "conlleva un protocolo y tiene su exigencias", ya que "no se quieren cometer errores en esa materia, porque serían errores muy graves"
"Aún sin completar totalmente los protocolos necesarios, se van a dar los nombres de los identificados sobre los que se cree que no hay margen de error", aunque eso lo debe autorizar el juez, añadió.
El tren siniestrado había tenido una revisión ayer mismo, por lo que la velocidad excesiva es la principal hipótesis del accidente, del que ya circulan imágenes en redes sociales.
En el convoy viajaban 247 pasajeros y cuatro tripulantes, según informó la compañía ferroviaria.
La "caja negra" del convoy está en manos del juez y, según afirmó el presidente de la compañía ferroviaria pública (Renfe), no se tardará mucho en conocer las causas del siniestro.
El tren, cubría la ruta entre Madrid y Ferrol, descarriló a pocos kilómetros de Santiago de Compostela y la violencia del siniestro hizo que incluso uno de los vagones saltara por los aires y superara el muro de la línea para impactar en el exterior.
Otro de los vagones ardió y los vecinos de la zona que acudieron al lugar fueron los primeros en ayudar a las víctimas, incluso sacándolas del amasijo de hierros en que quedaron convertidos algunos vagones, mientras trozos del convoy y efectos personales de los viajeros quedaban esparcidos por las vías.
El suceso ha causado una fuerte conmoción en España, ya que se trata del accidente de tren más grave de las últimas cuatro décadas.
Está previsto que los reyes Juan Carlos y Sofía acudan en la tarde de hoy a Santiago para visitar a los heridos y reunirse con las autoridades para conocer detalles del accidente.
El 25 de julio es la festividad de Santiago de Compostela, patrón de España, y la principal fiesta de Galicia, cuyas celebraciones han sido suspendidas debido a la tragedia.
La capital gallega es el destino final en estas fechas también de miles de peregrinos que siguen la ruta jacobea.DE EFE
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