domingo, 3 de julio de 2011

Benedicto XVI pide a los hombres abandonar la arrogancia y la violencia

DENUNCIÓ LAS DIFÍCILES CONDICIONES DE VIDA EN LAS QUE VIVEN MILLONES DE PERSONAS EN TODO EL MUNDO EFE
Ciudad del Vaticano
Benedicto XVI dijo hoy que el "auténtico remedio" contra todas las heridas de la humanidad es el amor fraterno y exhortó a los hombres a abandonar la arrogancia y la violencia.

El Pontífice hizo estas manifestaciones ante varios miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al ángelus dominical, en el que denunció las difíciles condiciones de vida en las que viven millones de personas en todo el mundo.

Señaló que esas personas además de estar oprimidas por duras condiciones de vida, también están privadas de válidos puntos de referencia que les impiden encontrar un sentido y una meta a sus existencias.

"Multitudes (de personas) extenuadas por la indigencia se encuentran en los países más pobres. También en los países ricos son muchos los hombres y las mujeres insatisfechos, enfermos de depresión. Pensemos asimismo en los numerosos evacuados y refugiados y en todos aquellos que emigran poniendo en riesgo sus vidas", afirmó.

El Obispo de Roma aseguró que el "auténtico remedio" a las heridas de la humanidad, tanto las materiales como el hambre y la injusticia, como las psicológicas y morales causadas por un falso bienestar es el amor fraterno, que tiene su fuente en el amor de Dios.

"Por ello, es necesario abandonar el camino de la arrogancia, de la violencia para lograr posiciones de cada vez mayor poder, para asegurarse el éxito a cualquier precio", subrayó el papa.

Benedicto XVI agregó que también hacia el medio ambientes es necesario "renunciar al estilo agresivo" que ha dominado en los últimos siglos y adoptar una "razonable templanza".

El papa Ratzinger insistió en que las relaciones personales y sociales "la regla del respeto y de la no violencia, es decir, la fuerza de la verdad contra cualquier atropello, es la que puede asegurar un futuro digno del hombre".

El Pontífice anunció que en los próximos días (el 5) se trasladará a la residencia de los papas de Castel Gandolfo, a 33 kilómetros al sur de Roma, para pasar el verano.

Allí permanecerá hasta finales de septiembre, aunque del 18 al 21 de agosto viajará a Madrid para presidir en la capital española la Jornada Mundial de la Juventud.

El 11 de septiembre viajará a Ancona, en la costa adriática italiana, para clausurar el Congreso Eucarístico Nacional italiano y del 22 al 25 de septiembre visitará Alemania, en el que será su tercer viaje a su país natal, tras los realizados a Colonia en agosto de 2005, con motivo de la XX Jornada Mundial de la Juventud, y a Baviera, en septiembre de 2006.

Durante el mes de julio quedarán suspendidas las audiencias públicas de los miércoles, aunque si se mantiene el ángelus dominical desde Castel Gandolfo.

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