HAITÍ, Puerto Príncipe.- Haití necesita un aumento de enfermeras y médicos extranjeros para combatir las muertes por una creciente epidemia de cólera que una operación de ayuda internacional lucha por controlar, dijo la máxima funcionaria humanitaria de Naciones Unidas.
Se necesitan cerca de 1.000 enfermeros profesionales y al menos 100 médicos más con urgencia para controlar la epidemia, que golpeó a la empobrecida nación caribeña, meses después de un destructivo terremoto.
El brote dejó más de 1.400 haitianos muertos en cinco semanas y la cifra crece en decenas cada día.
“Claramente necesitamos hacer más”, dijo a Reuters Valerie Amos, la subsecretaria general para Asuntos Humanitarios, durante una visita a Puerto Príncipe para aumentar la escala y urgencia de la respuesta al cólera.
“Pero no se trata sólo de dinero, es de personas, en términos de tener más doctores, enfermeros, más personas que puedan ayudar con el generar conciencia y transmitir la información”, dijo en una entrevista a última hora del martes en la base logística de Naciones Unidas en Puerto Príncipe.
La cifra real de muertos sería cercana a 2.000, según funcionarios de la ONU. Cientos de miles de haitianos podrían contagiarse, agregan, y la epidemia podría durar un año, complicando la recuperación del terremoto del 12 de enero.
Amos dijo que Naciones Unidas conversará con países y organizaciones humanitarias con el potencial de suministrar rápidamente personal médico, por ejemplo Cuba, que ya tiene a unos 400 doctores y otros empleados de la salud en Haití.
Pese a la crisis de salud, Haití sigue adelante con las elecciones presidenciales y legislativas del domingo, mientras la ONU y grupos humanitarios intentan desesperadamente combatir la crisis de cólera.
Los hospitales y centros de tratamiento en todo el país están abarrotados de pacientes con la enfermedad y muchos de los enfermos son tratados en jardines y tiendas de campaña.
También se necesita con urgencia personal adicional para las campañas de información sanitaria y para ayudar a las unidades de rehidratación oral, que el Gobierno y sus socios humanitarios intentan establecer en todo el país.
“Tenemos que controlar el brote y tenemos que bajar el porcentaje de personas que muere, y debemos hacerlo como algo urgente”, declaró Amos.
De no recibir tratamiento, la enfermedad diarreica causa la muerte en horas, pero con un diagnóstico temprano puede ser tratada con facilidad rehidratando al afectado.
“Se me dijo que no ha llegado a su punto máximo todavía, que empeorará antes de que mejore”, agregó Amos.
Haití, el estado más empobrecido del hemisferio occidental, ha sido afectado por múltiples emergencias sucesivas este año: el terremoto en enero, el brote de cólera desde mediados de octubre y un huracán que destrozó los cultivos y llevó inundaciones a inicios de noviembre.
Todas esas situaciones lo colocaron en el primer lugar de las prioridades de la misión humanitaria de Naciones Unidas, comentó Amos.
Funcionarios de la ONU dijeron que la respuesta internacional al llamado del organismo por 164 millones de dólares para la respuesta al cólera ha sido insuficiente.
Gran parte de la infraestructura sanitaria de Haití quedó destrozada por el terremoto del 12 de enero, que dejó más de 250.000 muertos, principalmente en la capital, diezmando las filas del servicio público gubernamental.
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