EFE
Atenas
Las autoridades griegas deportó hoy en un vuelo chárter a 73 inmigrantes ilegales dominicanos que habían ingresado al país a través de Turquía, según informó a Efe la Policía.
El avión de la aerolínea Sky Wings fletado por el Gobierno heleno despegó poco después de las 15.00 hora local (13.00 GMT) desde el aeropuerto internacional de Atenas Elefterio Venizelos con destino a la República Dominicana, según dijo a Efe un portavoz de la terminal aérea.
A bordo del aparato viajaban los 73 ilegales, nueve de ellos hombres y el resto mujeres, que se encontraban encarcelados en instituciones penitenciarias de diversos puntos del país a la espera de ser repatriados por carecer de la documentación y visados necesarios para permanecer en Grecia.
Junto a los expulsados viajaron 141 policías griegos, siguiendo las normas internacionales, que exigen dos agentes por persona, además de un médico, una enfermera y dos funcionarios de los servicios sanitarios, informó la Policía.
La misión de deportación costó 467.500 euros, suma que será financiada con la ayuda comunitaria recibida por Grecia para repatriar a inmigrantes ilegales del Fondo Europeo de Regreso, según informó el Ministerio griego de Orden Público.
Según las fuentes policiales, los deportados "no habían cometido ningún delito, aparte de carecer de documentos".
Grecia se encuentra en el cruce de tres continentes y es receptor de olas de inmigrantes ilegales que alcanzan sus costas y fronteras para penetrar en Europa, y en 2010 fue el país de la Unión Europea que registró el mayor número de tales entradas.
Los inmigrantes sin papeles en Grecia se calculan en medio millón de personas, según las organizaciones humanitarias en Atenas.
Hay 45.000 solicitudes de asilos pendientes de ser examinadas por las autoridades griegas.
El Gobierno ha insistido ante sus socios europeos que se trata de un problema para todo el continente, que Grecia no puede afrontar sola, y anunció que alzará una valla en la frontera con Turquía para frenar el flujo migratorio.
Precisamente ayer, las autoridades griegas tuvieron que dar un paso atrás y conceder permisos de residencia provisionales y renovables cada seis meses hasta que cumplan con los requisitos de residencia a 300 inmigrantes ilegales magrebíes que estuvieron 44 días en huelga de hambre para pedir una mejora de su situación.
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