Las cuevas eran consideradas por los aborígenes de la Hispaniola como un lugar sagrado en el que a través de sus rituales mantenían contacto con sus dioses.
Quinientos años después, algunos dominicanos siguen visitando el lugar para practicar con derroche la religiosidad, magia y peregrinación.
Mana, un pueblo de Yaguate, municipio de la provincia San Cristóbal, posee cavernas que presentan en muchos casos muestras de arte rupestre prehispánico. Una de estas cuevas es La Mancha, ubicada en el Parque Nacional Máximo Gómez, y considerada por decreto presidencial área protegida.
En ella los ritos se celebran sobre petroglifos y “es uno de los pocos lugares donde los sitios de culto prehispánico, con las deidades ancestrales aún presentes, se mantienen vivos hoy día y son objeto de adoración miles de años después de haber sido instituidos”, según el arqueólogo Adolfo López, quien hizo referencia al tema en un Congreso de Arqueología realizado en el Museo del Hombre Dominicano.
Entorno cultural
López contabilizó 26 petroglifos y 30 altares de vudú. La caverna, también conocida como Cueva de Mana, tiene tres entradas comunicadas por una extensa serie de salas y corredores.
La entrada principal es de grandes proporciones. Allí predomina una estalagmita (columna de piedra caliza que se forma en el suelo) rodeadas de varias cruces. Hay dos zonas donde existen petroglifos prehispánicos y en el centro de la gran sala se encuentra el altar principal de la caverna, presidido por la Virgen de Las Mercedes, a quien le brindan los mayores cultos.
Cada año decenas de peregrinos, generalmente de Baní, han continuado la tradición de los behiques (brujos) taínos al decorarla con muchas pinturas relacionadas con el culto que se desarrolla en el lugar.
“Los petroglifos de la cueva mantienen el patrón general de todas las cuevas del parque, las cuales refl ejan fi guras antropomorfas, principalmente caras”, expresó López. “Muchos de los petroglifos están alterados.
En otros casos se han pintado sobre ellos símbolos religiosos,probablemente de manera intencional”, agregó.
Centro espiritual
La cueva de Mana fue un lugar utilizado para realizar ritos y sanaciones por parte de Viviana de la Rosa, considerada por quienes conocen su historia como una “curandera y vidente”.
A principios de 1900, esta mujer era consultada por personas enfermas de todas partes del país y hasta de otras partes del mundo que creían en su “poder”.
De acuerdo con una biznieta de la curandera, Candelaria Bautista de la Rosa, reconocida como “Doña Popona”, su ancestra utilizaba la orina para detectar enfermedades y recetaba medicina natural.
“Popona” cuenta que muchas gente puso en duda sus conocimientos, pero que hasta la iglesia Católica de ese entonces reconoció su “don” y la ayudó a construir su iglesia en 1909.
La iglesia de Viviana todavía está en pie y es conocida como la Iglesia Nuestra Señora de las Mercedes de Viviana de la Rosa. Está bajo el cuidado de la prima de “Popona”, doña Carmen.
Esta mujer de casi nueve décadas, señaló que Viviana dejó a su padre (Porfi rio de la Rosa), con tan solo 18 años para entonces, encargado de seguir sus obras y ésta le enseñó parte de sus rituales.
Viviana de la Rosa murió en 1925, sus restos se encuentran en la misma iglesia que ella construyó y es venerada por feligreses que creen en sus “obras”.
VIVIANA DE LA ROSA
La historia de esta reconocida mujer está plasmada en el libro del sociólogo dominicano, Dagoberto Tejeda “Mana: Monografía de un movimiento mesiático abortado”.
Allí el autor hace una reseña de algunas de las obras que caracterizaron a esta cuarandera oriunda de Baní.
En el libro, Tejeda relata que personas le dijeron que para subestimar su poder le llevaban orina de animales y Viviana lo detectaba. Además, dice que podia predecir situaciones a través de sus visiones y que hasta podia curar sin tener que estar el enfermo en cuerpo presente.
Dagoberto Tejeda explicó que durante años estuvo investigando e interrogando a decenas de personas que la conocieron y que quedó fascinado con todas sus historias.
“Para mi no hay duda de que es uno de los personajes más fascinantes de toda la historia del movimiento campesino de presencia religiosa”, consideró.
Según se la describieron al autor, Viviana de la Rosa “siempre estaba descalza, dormía en el suelo, no acumuló bienes y tenia unos ojos dominantes y expresivos.”
CAMINOS VECINALES
Moradores del poblado de Boca de Mana se quejaron por las pésimas condiciones en la que están los caminos de El Cafecito, El Limón y El Fuerte de Mana.
Dijeron que se han deteriorados por las lluvias que se han producido en el lugar durante los últimos días.
Piden ayuda al gobierno para que arreglen la carretera y así poder transportarse y hacer sus festejos religiosos de manera segura.
BIZNIETA DOÑA “POPONA”
Una de sus biznietas señala que la curandera no pedía nada a cambio. “Ella no era como algunos de esos ahora que viven inventado cosas para quitarle dinero a la gente, ella curó a muchas personas y no cobraba”.
ENCARGADA DOÑA CARMEN
La prima de “Popona” dice que ya no utilizan la cueva. “La gente va a hacer rituales a la cueva, pero ellos van por su capricho.
Eso es peligrosísimo porque andan mucho tígueres que se pueden agachar por ahí”.FUENTE LISTIN DIARIO.COM
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