Santiago.- La principal autoridad eclesiástica de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio, afirmó que la ciudad se ha convertido a causa de la delincuencia en el “paraíso perdido”.
En su opinión, que la violencia y la criminalidad generan un “pánico silencioso” que merma la calidad de vida y la productividad poblacional.
El prelado dijo que las agresiones físicas y criminales no se detienen ante ningún ser humano. Citó los asesinatos de niños, ancianos, mujeres, militares y policías que caen victimas de las acciones delincuenciales en el país.
De la Rosa Carpio manifestó que la situación que envuelve a los santiaguenses en el marco de las drogas, la violencia, el sicariato, la delincuencia común y juvenil, sumado a la poca respuesta del sistema judicial, “es motivo de preocupación para el estamento religioso, la sociedad civil y entidades que trabajan en favor de la comunidad”.
Reclaman acción
De hecho, pobladores de Santiago y zonas aledañas del Cibao están con el “grito al cielo” porque suponían que con el cambio dirigencial policial se reducirían los hechos delictivos.
Sin embargo, el asunto no es de mando sino de accionar contra la problemática criminal, conforme establecen instituciones vinculadas al trabajo social ycomunitario.
En ese contexto, dirigentes comunitarios, choferiles, líderes religiosos y del comercio, así como otros actores de la sociedad, reconocen que en la gestión del general Juan Ramón de la Cruz Martínez se registraron algunos casos delincuenciales y de sicariato que ahora continúan, pero sin soluciones.
Pese al cambio de mando en la Jefatura policial de Santiago los asesinatos, asaltos y robos se suceden a diario en la ciudad corazón.
Activistas comunitarios y del sector choferil como Pedro Paulino, Angelita Villamán, Gervasio de la Rosa, Basilio Valerio, José Alberto Peña, entre otros, definen como alarmante y desesperante la inseguridad en Santiago y reclaman de las autoridades policiales poner coto a esa situación.
Coinciden en los planteamientos de que las fuerzas de la “Ley y Orden” deben impulsar un plan operacional anti crimen que responda al desafío delincuencial, porque a su juicio, las manifestaciones delictuosas en esta ciudad siguen su “agitado curso”.
La percepción poblacional sobre una serie de medidas que dispusiera el general Rhommel López para enfrentar la delincuencia y la criminalidad en Santiago y el Cibao se quedaron en el “limbo”, porque los resultados hasta ahora no se perciben, mucho menos medidas alternativas que garanticen solución a la inseguridad y otros males sociales
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