El escritor y crítico de cine, Armando Almánzar, recibió anoche el Premio Nacional de Literatura, adjudicado por la Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura, dotado de un milón de pesos, en una emotiva ceremonia realizada en el Teatro Nacional.
La concesión del más importante galardón de las letras dominicanas fue motivado por el jurado en la dilatada y sobresaliente trayectoria como cuentista y novelista, por sus numerosos libros publicados y las premiaciones en los más importantes certámenes de República Dominicana.
En el acto de premiación estuvieron presentes el ministro de Cultura, José Rafael Lantigua; el presidente de la Fundación Corripio, José Luis Corripio Estrada; el director ejecutivo de esa entidad, Jacinto Gimbernard Pellerano; los asesores Jorge Tena Reyes y José Alcántara Almánzar. Además el cuentista Luis Martín Gómez, quien leyó la semblanza del galardonado.
Además de la dotación de un millón de pesos, a Almánzar le fue entregado un diploma de acreditación. La escogencia del ganador para este certamen dedicado a enaltecer toda la obra de un autor está a cargo de un jurado integrado por los rectores de las universidades Autónoma de Santo Domingo, Pontificia Católica Madre y Maestra, Nacional Pedro Henríquez Ureña, Central del Este, Católica de Santo Domingo, el ministro de Cultura y un representante de la Fundación Corripio. Al hacer una semblanza del laureado autor, quien tiene una prolífica obra narrativa, con marcada importancia en la cuentística y varias novelas, Luis Martín Gómez lo ponderó como uno de los más versados en su género.
Almánzar es también uno de los críticos de cine de mayor nivel, con una página sabatina en LISTÍN DIARIO y el programa radial “La Hora Señalada”.
“De manera que no me sorprende que esta noche estemos reconociendo a este hombre que maneja como pocos la ficción, porque nació y vive en ella, este extraordinario escritor y crítico de cine ha fundido magistralmente los dos oficios en su obra”, manifestó Gómez.
Mientras que Gimbernard Pellerano refirió que en Armando Almánzar hay un manejo de temas siempre actuales, con personajes de una complejidad interior que no requieren palabras, sino que se nota por el tono en que escribe.
“Esto permite que nos adentremos en sus historias y entendamos la psiquis de quienes nos llevan a ese otro mundo, que dentro de la literatura y el sueño nos obliga a cuestionarnos como entes individuales y como sociedad”, dijo.
La Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura se lucieron con la presentación de un espectáculo de la soprano Pura Tyson, acompañada en el piano de Porfirio Mateo, y el grupo vocal Matisses. Allí fueron interpretadas “O mio babbino caro”, de la ópera Gianni Schichi, “La Romaza” de la zarzuela María la O, “Concierto Gris” y la pieza dominicana “Por amor”. Mientras, Armando Almánzar pronunció un discurso emotivo en el que agradeció a su padre el legado de la honestidad, así como el amor y el desvelo por la lectura, en épocas difíciles para su vida y las de sus familiares.
“En otras palabras, que yo heredé de mis padres no solo el amor por la lectura, por la literatura, sino además y muy particularmente ese sentido del deber y de la honestidad de lo cual hoy puedo ufanarme”, añadió.
El autor de “Límite, infancia feliz”, “Selva de agujeros negros para Chichí la Salsa”, “Un siglo de sombras”, “Cuentos en cortometraje” y otras, espera que esos valores y ese legado dejados por su padre sea extensivo hacia sus nietos, como cree ha ocurrido también con sus hijos. La ceremonia fue vistosa y comenzó pocos minutos después de las ocho de la noche. La sala Eduardo Brito contó con la presencia de intelectuales, académicos y estudiantes que siguen la vida y obra de Almánzar.
CAMBIÓ LA CARRERA DE ABOGADO POR EL ARTE
Armando Almánzar nació en Santo Domingo el 22 de mayo de 1935. Cuentista, crítico de cine y periodista. Ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo a estudiar la carrera de Derecho, pero su pasión por el arte cinematográfico lo hizo desistir de su propósito de hacerse abogado. Formó parte del grupo literario “El Puño”, fundado en 1966. Ha desarrollado una intensa y valiosa labor como crítico de cine a través de la radio, la televisión y la prensa nacional escrita. Como escritor es considerado uno de los cuentistas más importantes de la promoción de escritores dominicanos surgida inmediatamente después de la muerte de Trujillo. Obtuvo el primer lugar en el concurso de cuentos de Casa de Teatro en 1977 con el libro “Infancia feliz” y el Premio Nacional de Cuento en 1996 con “Marcado por el mar”. Tiene una sección de crítica de cine muy seguida los sábados en este diario.
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