La lluvia nunca paró. Y hasta obligó a Juan Luis Guerra a detener durante un rato el show por seguridad, debido a que la carpa sobre la tarima estaba repleta de agua. En el Estadio Olímpico no cabía una gota más, pero la multitud de casi 50 mil personas tampoco se movió.
"La lluvia es una bendición", expresó el artista cristiano para justificar el aguacero que cayó desde tempranas horas de la noche.
A ritmo de merengue, bachata, salsa y son, Juan Luis mantuvo en vilo a un empapado público que se regocijaba con cada interpretación contenida en "AsondeGuerra".
"Apaga y vámonos", "La bilirrubina" y "La travesía" fueron sus primeras entregas de un repertorio de al menos 25 temas, compendio de su extensa discografía cosechada en casi 30 años de carrera.
"La llave de mi corazón", "Bachata rosa", un "medley" de salsa, "Son al rey", "Como yo" y "El costo de la vida" tampoco faltaron en su novedosa propuesta.
Los recursos tecnológicos se conjugaron con un excelente sonido y una escenografía virtual que completaba el espectáculo que Juan Luis, con el auspicio de Orange, programó para sus compatriotas.
A sus 55 años y en la cúspide de una carrera soportada por la diversidad de sus ritmos, Juan Luis se ratificó anoche como un profeta en su tierra y el que más veces ha llenado el Estadio Olímpico. Cinco veces, una tras otra, han sido llenos totales.
Jóvenes y adultos, de diferentes sectores sociales, convergieron en un solo aplauso para el consagrado representante de la música dominicana.
Una de las primeras sorpresas de la noche llegó desde Colombia: Juanes. "La calle" los unió en un sorpresivo dúo que atrajo la atención y conquistó la multitud.
Fue a esta altura, a las 10:00 de la noche, cuando la lluvia obligó a Juan Luis a parar "por seguridad", como él mismo dijo. Al menos 20 minutos pasaron para que se sacara el agua de las alturas de la tarima y se corrigieran algunos detalles eléctricos.
La gente esperó pacientemente. Y cuando Juan Luis reapareció volvió la magia que produce su presencia y sus canciones. "Mi bendición", "Para ti", "El Niágara en bicicleta" y "Lola" enfilaron en la noche festiva, en la que tampoco faltó "Visa para un sueno".
El segundo gran invitado muchos no lo podían creer. Sí, ante el ensordecedor aplauso colectivo se vio aquella figura reconocida a distancia: Anthony Romeo Santos, el mismo que convirtió la bachata en un fenómeno entre los jóvenes.
"Frio frio" fue el tema que unió a Romeo con Juan Luis y la respuesta de los presentes era de algarabía total.
La lista de temas iba en ascendencia. El siguiente era mejor que el anterior. "Las avispas", "Bachata en Fukuoka", "La guagua", "En el cielo no hay hospital", "La cosquillita", "A pedir su mano" fueron parte de los elegidos.
Luego vino el final. Un "medley" de bachata, "Estrellitas y duendes", y "Burbujas de amor" completaron la entrega que no podía concluir sin el emblemático "Ojala que llueva café".
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