martes, 11 de septiembre de 2012

Erradicación del trabajo infantil es una deuda social de RD



EN EL PAÍS EL 15.5% DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTESENTRE 5 Y 17 AÑOS TRABAJA, Y DE ESTOS EL 48.8%ESTÁ EXPUESTO A RIESGOS EN SU ENTORNO LABORALDemostración. La agricultura y la venta de mercancía en las calles son las formas más visibles de trabajo infantil en República Dominicana, y son consideradas entre las peores formas por los peligros a los que se exponen los menores.                                                                                                                                                  Santo Domingo
La erradicación del trabajo infantil sigue siendo una de las principales deudas sociales de República Dominicana. A pesar de que el Código de Trabajo sanciona esa práctica y de que el país es signatario de los convenios 138 y 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la edad mínima y las peores formas de trabajo infantil, respectivamente, aún alrededor de 304,000 niños y adolescentes realizan algún tipo de actividad productiva.
La Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) 2009-2010 reflejó que el 15.5% de los niños, niñas y adolescentes dominicanos entre 5 y 17 años trabaja, y que de esos menores 48.8% está expuesto a riesgos laborales en el entorno, 23.6% indicó haber tenido algún problema a consecuencia del trabajo realizado en los últimos doce meses anteriores a la encuesta y alrededor del 15.2% fue maltratado.
No obstante a que el trabajo infantil se ha reducido en un 6% en la última década, y que el país se coloca como una de las naciones de la región que más ha luchado en la erradicación de ese flagelo, la encuesta reveló que la tasa de niños y adolescentes ocupados en la producción económica es 1.6 puntos porcentuales más alta que el promedio registrado en América Latina y el Caribe.
El costo social
Según la investigación “Invertir en todos los niños. Estudio económico de los costos y beneficios de erradicar el trabajo infantil”, publicado por la OIT en 2006, los beneficios de la eliminación de esa problemática social son muy superiores a los costos que sería necesario asumir para lograr ese objetivo.
El informe señala que el reemplazo del trabajo infantil por educación universal para el 2020 implicaría unos US$760,000 millones, pero los beneficios serían casi siete veces superiores, aproximadamente 5.1 billones de dólares, principalmente en los países en desarrollo y con economías en transición, donde está la mayoría de los infantiles que laboran.
La OIT estima que existen 246 millones de niños trabajadores en el mundo, de los que 179 millones, es decir uno de cada ocho niños, están expuestos a las peores formas del trabajo infantil, lo que pone en riesgo su integridad física, mental y moral, y compromete su furturo como entes productivos.
“Es imposible calcular con precisión el número de niños que se beneficiarían durante la próxima década y posteriormente con la erradicación del trabajo infantil, pero con certeza sería de cientos de millones”, refiere el autor del informe, Peter Dorman.
La publicación refleja que mejores niveles de educación y salud como resultado de la erradicación del trabajo infantil pueden traducirse en resultados económicos significativos, además del incremento de oportunidades para el desarrollo personal y la inclusión social, que no son cuantificables.
Una educación incompleta o inadecuada provoca una reducción de la productividad a futuro, pero un sistema de educación universal para los niños hasta la edad de 14 años podría beneficiarlos con 11% más de ingresos por cada año que han pasado en la escuela, según las estimaciones de la OIT; además de los beneficios que generaría la eliminación de las peores formas de trabajo infantil y sus efectos negativos sobre la salud y la productividad.
Estos datos sugieren que por cada año de vida perdido prematuramente la sociedad sobrellevará un costo importante en su ingreso per cápita promedio.
Asimismo, el estudio evalúa que en la medida en que la reducción del trabajo infantil se acompaña de un incremento de la educación las expectativas de mejoras concretas en la salud en el futuro aumentan, pues los individuos con un mayor grado de instrucción gozan de mejor salud, incluso manteniendo constante su situación económica, y velan mejor por la salud de sus hijos.
Pero no se puede dejar de lado que millones de niños realizan trabajos que son nocivos para su bienestar actual y futuro, que son más propensos a sufrir traumas que los adultos trabajadores y que los niños que sufren lesiones o enfermedades que los debilitan pero que no son mortales pueden requerir atenciones que imponen cargas significativas sobre los miembros de la familia, además de que la discapacidad infantil puede interferir con la acumulación de capital humano.
Si se toma en cuenta la trascendencia de los costos de salud pública en el desarrollo económico, se deduce que la eliminación de trabajo infantil tendría repercusiones muy positivas sobre la economía de los países.
Los costos evaluados por el estudio de la OIT incluyen las implicaciones económicas de aumentar la cantidad y la calidad de la educación para brindar cobertura a todos los niños, que representan las dos terceras partes de los costos estimados, aunque la proporción varía de acuerdo a la región.
Otro de los costos considerados en el estudio es el que recae sobre las familias cuyos niños dejan de proveer un ingreso. Para hacer el cálculo el informe considera el costo de lanzar en cada país programas de transferencia de ingresos para compensar a las familias cuando sus hijos empiezan a ir a la escuela en vez de trabajar, algo que se comenzó a implementar en el país con el programa Solidaridad.
Los analistas han llegado a la conclusión de que alguna forma de transferencia monetaria hacia los padres que tienen bajos ingresos puede ser necesaria para sufragar los costos explícitos e implícitos de la educación y que, aún en los casos en que la escolarización es completamente gratuita, el valor del trabajo que los niños realizan cuando no están en la escuela pueden resultar demasiado elevados para los padres.
Plan estratégico
En 2006 República Dominicana lanzó el Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra el Trabajo Infantil (PEN) que integra a todos los sectores gubernamentales, empresariales, sindicales y de la sociedad civil organizada que inciden en el tema.
La planificación incluye el seguimiento de una hoja de ruta para alcanzar la meta de eliminar completamente el trabajo infantil a 2020 y sus peores formas a 2016.
El estudio realizado para su implementación determinó que cuatro de cada diez niños trabajadores en República Dominicana son empleados asalariados, dos de diez son ayudantes familiares no remunerados, dos de diez son aprendices remunerados y uno de diez trabaja por cuenta propia.
El presidente del Consejo Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), Rafael (Pepe) Abreu, destacó que, aunque el trabajo infantil se ha reducido significativamente en el sector formal, la incidencia sigue alta en el sector informal. Encarar ese flagelo ha sido una labor muy ardua porque, según afirmó, la lucha contra el trabajo infantil es una lucha contra la pobreza misma.
La gerente de Planificacion y Desarrollo  del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani), Daysi García, explicó que una de las partes más difíciles de afrontar en la implementación de la hoja de ruta ha sido cambiar la concepción de los padres de que el trabajo es parte de la educación de sus hijos y que deben aprenderlo desde temprana edad.
En el estudio para la implementación del Plan estratégico Nacional, las principales razones que alegan los padres o tutores que permiten que sus hijos trabajen son  enseñarles un oficio, contribuir económicamente en el hogar, colaborar con la empresa familiar o por no asistir a la escuela. 
RESULTADOS DE LA ERRADICACIÓN
Costos y beneficios

El reemplazo del trabajo infantil por educación universal para el 2020 implicaría unos US$760,000 millones, pero los beneficios serían casi siete veces superiores, aproximadamente 5.1 billones de dólares.

Remuneración y dependencia
Cuatro de cada diez niños trabajadores en República Dominicana son empleados asalariados, dos de diez son ayudantes familiares no remunerados, dos de diez son aprendices remunerados y uno de diez trabaja por cuenta propia.
 Impacto de la eliminación del flajelo
Mejores niveles de educación y salud como resultado de la erradicación del trabajo infantil pueden traducirse en resultados económicos significativos, además del incremento de oportunidades para el desarrollo personal y la inclusión social, que no son cuantificables.
Peores formas de trabajo infantil
El Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra el Trabajo Infantil (PEN) estableció que en República Dominicana las tres peores formas de labor infantil son la explotación sexual comercial, las tareas peligrosas en la agricultura y el trabajo urbano peligroso.
Sin embargo, no existen datos disponibles sobre el número de niños explotados sexualmente en el país.
El estudio determinó que dos de cada cinco víctimas han escapado de su casa en al menos una ocasión por problemas de violencia o abuso dentro del hogar.
Contrario a la creencia popular, el informe refleja que aunque el turismo sexual es una gran preocupación, este sector no es generador de la principal clientela, sino que dos de cada tres explotadores son dominicanos, de acuerdo con las informaciones brindadas por las víctimas.
El 37% de los niños y niñas sexualmente explotados que fueron entrevistados en Santo Domingo y el 52% en Puerto Plata, inicialmente residían en otros lugares del país y fueron llevados a esas localidades por familiares.
La agropecuaria es otra de las fuentes de trabajo infantil en sus peores formas en el país y en la que hace más visible la mano de obra de menores, sobre todo en la producción de café, cacao, plátanos, guineos y arroz; en la ganadería en la producción de leche, quesos, y cerdos, además de la pesca.
En el trabajo urbano considerado peligroso los niños realizan labores muy variadas como limpiar vidrios de vehículos en los semáforos, trabajar en los mercados en condiciones de insalubridad, y niños y niñas que venden flores y otros artículo en las calles, incluso a altas horas de la noche.
Asimismo, el trabajo doméstico capta niños, que en muchos casos son trasladados de las zonas rurales hacia las grandes ciudades y algunos son privados de su derecho de recibir educación.
El estudio señala que el impacto del tráfico de niños haitianos a República Dominicana es significativo en el índice de menores sometidos a las peores formas de infantil. Explica que estos niños en su mayoría no tienen acta de nacimiento, lo que dificulta su ingreso a las escuelas, y suelen trabajar más horas que los niños trabajadores dominicanos.
Asimismo, la publicación destaca que el trabajo infantil es una de las principales causas de deserción escolar y constituye una problemática social que no podrá erradicarse hasta que sean abordas sus causas subyacentes.DE LISTINDIARIO.COM

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