lunes, 12 de agosto de 2013

Estudios de los niños son cada vez más costosos en el país - El intercambio de libros viejos por nuevos, más un pago adicional se convierten en una opción para los padres

A la avenida Duarte, del Distrito Nacional, confluyen cada año decenas de padres de interesados en adquirir útiles escolares.El inicio del año escolar se ha convertido en un dolor de cabeza para los padres, tomando en cuenta la alta inversión que deben realizar en inscripción, compra de libros de textos, uniformes, cuadernos y todo lo que incluye llevar a un niño a la escuela. En algunos casos los padres deben “hacer malabares para rendir los chelitos”. El gasto en que debe incurrir una familia de clase media solo en libros de texto antes del inicio de la docencia oscila entre los RD$10,000 y RD$25,000, de acuerdo a testimonios ofrecidos por padres de familia entrevistados por el periódico elCaribe.

Se trata de una situación que genera quejas y preocupaciones entre quienes tienen que hacer el sacrificio cada año. En definitiva, tener que involucrarse en la compra de útiles escolares es visto por algunas personas como una especie de “vía crucis”.

Ramona Robles es madre de tres niños. Todos están inscritos en colegios privados, por tanto, ha tenido que gastar en promedio RD$50,000, solo en reinscripción y compra de textos escolares. “Y aún me falta comprar cuadernos, uniformes, mochilas y demás útiles escolares”, lamenta Robles.

Rememora que todos los años, en adición a las compras, tiene que pensar también en lo costoso que resulta tener que pagar por adelantado los primeros seis meses de las clases que recibirán los niños. Los padres también tienen  la opción de hacer el intercambio de libros, es decir, de llevar los de los años anteriores para obtener otros actualizados.

Cuando ocurre esto, el adquiriente solo paga un costo diferenciado de entre 100 y 300 pesos.

Ignacio Espejo es un vendedor de libros, ubicado en el Paseo de la Lectura de la avenida Duarte, de la capital, que sabe comercializar su actividad. Asegura que ofrece los mejores precios a los clientes. “Los padres que vienen aquí buscando la economía nosotros los ayudamos para que puedan adquirir sus libros”, expone. Espejo asegura que los libros han aumentado RD$100, con relación al pasado año. Según sus cálculos, un libro nuevo cuesta RD$995, mientras el año pasado el costo era de RD$885.

“El cliente trae su libro usado, nosotros le hacemos el intercambio. Se le cobra una diferencia que va entre 100 y 200 pesos por cada libro. Esa es la facilidad que se le ofrece al comprador porque hay padres que vienen con tres y cuatro listas de libros. Buscamos ayudarlos en su presupuesto”, indica Espejo.

Comportamiento del negocio

Los vendedores del Paseo de la Lectura de la Duarte se quejan de que la venta se ha mantenido “floja” en estos tiempos y a pesar de que el inicio del año escolar está cerca. Atribuyen ese comportamiento a  que la mayoría de los colegios ofertan los libros y a que el Estado suministra, de otro lado, una parte importante de los textos en las escuelas.

Julieta Hernández estaba ayer comprando libros en la arteria comercial de la avenida Duarte. Prefiere ir a ese punto comercial porque le resulta más barato. “Aquí puedo hacer el intercambio de libros usados por nuevos, que no puedo en las tiendas”.

El hijo de Julieta tiene 12 años y cursa el séptimo de primaria. Para ese grado necesita 12 libros,  que van desde lengua española hasta un diccionario y una mascota de caligrafía.

Contrario a lo que opinan los comercializadores de libros de la avenida Duarte, de que las ventas han descendido, Lorenzo Solano, de la librería Hermanos Solano, expresa que la situación es más positiva. El negocio de Solano está ubicado en la zona universitaria, de la capital, y a pesar de que el costo de algunos libros se disparó entre un 10 y 15%, las ventas mantienen un ritmo positivo. Algunos padres de familia entrevistados ayer expresaron que mantienen la esperanza de que se detenga la escalada de precios para poder acceder con más facilidad a los útiles que requieren los alumnos.
En actividad
Ignacio Espejo tiene alrededor de diez años involucrado en el negocio de  venta de útiles escolares en la capital.
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