Los Medias Rojas de emprendieron un desfile desde el Monstruo Verde hasta el río Charles para festejar su inesperado título de Serie Mundial llevando un elemento ya habitual en la ciudad.
El trofeo de la Serie Mundial. Por tercera vez en 10 años, los Medias Rojas pasearon el trofeo por la ciudad en un desfile de vehículos anfibios, mientras miles de aficionados miraban desde las aceras y la ribera que separa a Boston de Cambridge.
Algunos vehículos —de colores rosa, amarillo, marrón, verde— estaba adornados con alfombras café para dar la apariencia de una barba semejante a la que algunos jugadores se dejaron crecer a lo largo de la campaña.
El momento culminante ocurrió cuando los vehículos se detuvieron al llegar al punto donde se encuentra la meta del Maratón de Boston, todavía pintado azul y amarillo, y donde tres espectadores murieron en un atentado con bombas el 15 de abril.
El jardinero Jonny Gomes colocó el trofeo de Serie Mundial en la raya, y junto con el catcher Jarrod Saltalamacchia, levantaron camisetas de los Medias Rojas con las palabras “BOSTON STRONG” y el número 617, el código de área de la ciudad. Una camiseta con ese mensaje estuvo colgada en el dugout de los Medias Rojas a lo largo de la temporada.
En un día soleado, el tenor Ronan Tyan cantó “Dios bendiga a Estados Unidos” y la multitud se unió al canto.
“Fue un momento muy emotivo”, dijo Gomes. “No creo que nadie hubiera planeado llevar el trofeo de la Serie Mundial a la meta del maratón, pero estoy contento de ser parte del momento”.
Antes de salir de Fenway, Farrell recordó que el día del atentado, los Medias Rojas salieron hacia el aeropuerto después de un partido.
De camino, vieron vehículos de emergencia respondiendo a las explosiones.
“Sabiendo que íbamos a salir de la ciudad, eso iba a provocar mucha incertidumbre en ese momento”, señaló Farrell. “Nadia sabía qué iba a pasar. Así que fuimos afortunados porque quizás ayudamos un poco en el proceso de recuperación”.
“Jugamos por toda la ciudad, por lo que pasó la ciudad”, agregó el intermedista Dustin Pedroia.
Los abonados pudieron entrar a Fenway para una ceremonia antes del desfile en la que hablaron Farrell y varios jugadores.
El ascenso de Boston, del último lugar de la División Este de la Liga Americana en 2012 al campeonato de Grandes Ligas, fue sorprendente.
Pero no para Pedroia, un bravo líder de un equipo muy unido que ganó el título con una victoria de 6- 1 sobre los Cardenales la noche del miércoles. Fue la primera ocasión en que los Medias Rojas se coronan en casa en 95 años.
“Por la forma en que comenzamos el entrenamiento de primavera parecía que todos nos daban por muertos”, dijo. “Pero siempre dijimos: ‘un día menos para el desfile’. Y aquí estamos”.
El marcador del juego del campeonato aún estaba en la pantalla del jardín izquierdo de Fenway mientras los abonados llegaban a la ceremonia previa al desfile.
“Queríamos tanto que este grupo ganara”, dijo a la multitud el gerente general Ben Cherington, “porque sabíamos que ellos anhelaban ganar”.
Algunos aficionados ya habían estado en los desfiles que siguieron a los campeonatos de 2004 y 2007.
“Quizá este sea el mejor desfile”, dijo Charles Butler, de Boston, quien vino a su tercer festejo. “Es lo mejor que pudo sucederle a Boston en este momento. Los atentados fueron un momento triste, pero ahora tenemos una razón para juntarnos y celebrar”.DE AP
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