Con su cenote, ojos de agua de fondos transparentes, formaciones rocosas y verdes senderos, el Monumento Natural Parque Los Tres Ojos es uno de los principales atractivos del municipio Santo Domingo Este, tan accesible y cerquita del centro de la capital dominicana que sorprende que no reciba muchas más visitas.
El acceso a su área verde es gratis. Esto incluye pasear por los senderos y realizar actividades recreativas en sus pequeñas plazoletas.
Pero si quiere conocer la cueva donde se encuentran los manantiales que dan nombre al lugar deberá pagar 100 pesos y aceptar que le coloquen una bandita en la muñeca que lo acredita como visitante –o para que se sienta turista, por qué no.
La boca de una garita disimula los primeros peldaños de la escalera descendente que lleva al corazón de la caverna. Desde lo alto ya se aprecia el primer ojo de agua y los senderos de ladrillos y piedras que conectan los tres lagos subterráneos y facilitan el recorrido por el suelo de la enorme cueva con parte de su techo a cielo abierto.
Las estalactitas, las raíces de los mangles y las formaciones rocosas parecen vigilar a los recién llegados, el ruido desaparece y una paz que generalmente se asocia a lugares muy distantes de la ciudad augura un bonito paseo.
Los ojos de agua, de diferentes tamaños y formas, son tres: el Lago de Azufre (se pensaba que sus aguas eran azufradas), La Nevera (de aguas muy frías) y Las Damas, que por ser el más bajito de los tres, con 1.5 metros de profundidad, era destinado al baño de mujeres y niños hace unos 35 años, cuando el manantial era usado como balneario público.
Durante el recorrido, el guía explicará que el parque mide 3.5 kilómetros cuadrados; que la cueva, descubierta en 1916, guarda vestigios de la cultura indígena; que las aguas de los lagos, conectados entre sí, forman parte del río subterráneo Brujuelas; y que el baño se prohibió para conservar sus recursos.
La única persona autorizada para disfrutar de sus aguas es Bienvenido Cabrera, el Tarzán del parque, que, para cuando los turistas alcanzan La Nevera, se tirará al ojo de agua de 6 metros de profundidad en un “show” que asegura realiza desde hace más de 50 años. Y lo hace con gusto aunque esté de mal humor porque alguien le reclamó su mala costumbre de fumar dentro de la caverna.
Los Zaramagullones
En el lago La Nevera se toma una rústica –pero segura- embarcación que atraviesa por un costado el ojo de agua y atraca en una estrecha plataforma que conecta con Los Zaramagullones, un cenote de unos 220 metros de circunferencia y aguas verdes rodeado por una tupida vegetación. Aquí el guía explica que precisamente por estar al descubierto es que recibe el nombre de cenote y no de ojo de agua. Este es uno de los puntos más “fotogénicos” del recorrido y el único desde donde el visitante puede apreciar el cenote a “ras de agua”. Ya en el exterior, sobre el techo de la caverna, se obtiene una vista espectacular de la depresión geológica.
En el lago La Nevera se toma una rústica –pero segura- embarcación que atraviesa por un costado el ojo de agua y atraca en una estrecha plataforma que conecta con Los Zaramagullones, un cenote de unos 220 metros de circunferencia y aguas verdes rodeado por una tupida vegetación. Aquí el guía explica que precisamente por estar al descubierto es que recibe el nombre de cenote y no de ojo de agua. Este es uno de los puntos más “fotogénicos” del recorrido y el único desde donde el visitante puede apreciar el cenote a “ras de agua”. Ya en el exterior, sobre el techo de la caverna, se obtiene una vista espectacular de la depresión geológica.
Más que una cueva
Luego de largos años marcados por la falta de vigilancia y el descuido ambiental, el Monumento Natural Los Tres Ojos fue rescatado en 2008 por las autoridades de Medio Ambiente. Parte de este trabajo se puede apreciar en la limpieza del entorno, cierta vigilancia y en la abundancia de especies nativas y endémicas de la flora y la fauna dominicanas.
Luego de largos años marcados por la falta de vigilancia y el descuido ambiental, el Monumento Natural Los Tres Ojos fue rescatado en 2008 por las autoridades de Medio Ambiente. Parte de este trabajo se puede apreciar en la limpieza del entorno, cierta vigilancia y en la abundancia de especies nativas y endémicas de la flora y la fauna dominicanas.
Aves, murciélagos, lagartos y jurones comparten espacio con frutales, mangles, suculentas, robles, copeyes, helechos, caobas, uvas de playa, otros árboles y cobertores de suelo.
A lo largo de los senderos fueron colocadas unas 20 piezas de los famosos santos de palo que elaboran los artesanos de Bonao.
Si, además de la cueva, decide recorrer los senderos del parque, la naturaleza le premiará con el rojo y brillante espectáculo de los flamboyanes en flor…
¿Qué hace falta en los tres ojos?
- Folletos con información oficial y detallada del monumento natural que estén disponibles en la caseta de entrada o en la tienda de artesanía que funciona en el parqueo de la cueva.
- Folletos con información oficial y detallada del monumento natural que estén disponibles en la caseta de entrada o en la tienda de artesanía que funciona en el parqueo de la cueva.
- Más vigilancia en los senderos exteriores, especialmente en los alrededores del cenote.
- Un número telefónico al que las personas puedan llamar para solicitar información (información que incluso en el Ministerio de Medio Ambiente se dificulta conseguir).
- Más respeto ambiental por parte de los visitantes. Muchos agreden la naturaleza al escribir en las hojas y troncos de los árboles.
UBICACIÓN Y ACCESO. El Monumento Natural Los Tres Ojos está ubicado en el extremo este del Parque Mirador del Este (provincia Santo Domingo). La entrada se encuentra en la calle marginal Las Américas Este (del Expreso Las Américas).
HORARIO Y TARIFA. El parque está abierto todos los días de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. La entrada a la cueva cuesta 100 pesos para todo público. Este precio no incluye el guía (su tarifa dependerá del tamaño del grupo) ni la barcaza que lleva a Los Zaramagullones (en este caso se deberá pagar 25 pesos).
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