SANTO DOMINGO.- Entre estatuas de dioses y plantas orientales, miles de personas caminan por las aceras del Barrio Chino de Santo Domingo, algunos porque es parte de su rutina diaria y otros en busca de opciones más baratas para comprar y, por qué no, degustar del popular sabor de la comida de ese país asiático.
Restaurantes, supermercados, relojerías, tiendas de mercancías, estudios de fotografía, en fin, todo para que un visitante no tenga motivo para ir hacia otra parte, se ofertan en este tramo comprendido entre la calle José Martí, la avenida México, Jacinto de la Concha y la Mella.
Las esculturas como la del dios "Tsai Shen Yeh", una deidad de la prosperidad y el bienestar que sostiene en sus brazos una tabla que con una inscripción vertical que traducida del mandarín sería algo como: "Que entre la fortuna y lleguen los tesoros", dan la sensación de un pequeño Hong Kong en el Caribe.
Restaurantes, supermercados, relojerías, tiendas de mercancías, estudios de fotografía, en fin, todo para que un visitante no tenga motivo para ir hacia otra parte, se ofertan en este tramo comprendido entre la calle José Martí, la avenida México, Jacinto de la Concha y la Mella.
Las esculturas como la del dios "Tsai Shen Yeh", una deidad de la prosperidad y el bienestar que sostiene en sus brazos una tabla que con una inscripción vertical que traducida del mandarín sería algo como: "Que entre la fortuna y lleguen los tesoros", dan la sensación de un pequeño Hong Kong en el Caribe.
Sin embargo, no todo está completado en el "chinatown" dominicano. La inexistencia de estacionamiento sigue siendo un gran reto para los comerciantes chinos, que ven alejarse a muchos posibles visitantes, debido a que no hay espacios para parquear los vehículos, a menos que sea a un lado de la calle, lo que desencadena un congestionamiento en el tránsito por la zona.
Aunque en principio se concibieron varias edificaciones para construir los parqueos, ninguna se han ejecutado, mientras los conductores buscan afanados un lugar donde dejar sus vehículos.
Mario Chong Pérez, director ejecutivo de la Asociación de Comerciantes del Barrio Chino, explica que varios empresarios de ese sector han estudiado la idea de construir un estacionamiento de forma independiente, pero hasta ahora esos planes no se han materializado.
Cuenta que la mayor dificultad yace en los precios de los inmuebles en el sector que resultan ser muy costosos para los comerciantes.
También, es fácil darse cuenta de que los negocios mantienen todavía las mismas fachadas que tenían antes de que se designara a esta zona con el nombre del Barrio Chino.
Al atravesar el portón simbólico de la arquitectura china, el visitante se encuentra con edificios -algunos abandonados y en mal estado- que son del común que se puede encontrar en cualquier parte del país. Salvo en escasas excepciones los negocios han adaptado su cara al tradicional estilo oriental.
"Muchos de estos negocios han comprado los inmuebles y se piensan hacer las modificaciones para que sean con la arquitectura china", relata Chong Pérez, al destacar que parte de los propietarios de negocios están dispuestos a realizar los cambios necesarios para transformar las fachadas de esas estructuras.
Aunque en principio se concibieron varias edificaciones para construir los parqueos, ninguna se han ejecutado, mientras los conductores buscan afanados un lugar donde dejar sus vehículos.
Mario Chong Pérez, director ejecutivo de la Asociación de Comerciantes del Barrio Chino, explica que varios empresarios de ese sector han estudiado la idea de construir un estacionamiento de forma independiente, pero hasta ahora esos planes no se han materializado.
Cuenta que la mayor dificultad yace en los precios de los inmuebles en el sector que resultan ser muy costosos para los comerciantes.
También, es fácil darse cuenta de que los negocios mantienen todavía las mismas fachadas que tenían antes de que se designara a esta zona con el nombre del Barrio Chino.
Al atravesar el portón simbólico de la arquitectura china, el visitante se encuentra con edificios -algunos abandonados y en mal estado- que son del común que se puede encontrar en cualquier parte del país. Salvo en escasas excepciones los negocios han adaptado su cara al tradicional estilo oriental.
"Muchos de estos negocios han comprado los inmuebles y se piensan hacer las modificaciones para que sean con la arquitectura china", relata Chong Pérez, al destacar que parte de los propietarios de negocios están dispuestos a realizar los cambios necesarios para transformar las fachadas de esas estructuras.
Chong Pérez, un dominicano de origen chino, entiende necesarios estos cambios pero advierte que toman tiempo para consumarse ya que son acciones individuales de cada comercio.
Destaca el gran valor que tiene el proyecto del Barrio Chino para esa comunidad en el país, cuyo costo, se recuerda, sobrepasó los 267 millones de pesos por parte del Estado dominicano, y mantiene la expectativa de crecimiento económico en la zona.
Desde su inauguración en el 2008, el Barrio Chino de Santo Domingo es visitado, además del público local, por turistas europeos, norteamericanos y los propios asiáticos que van en busca del famoso té chino, de las especias y los vegetales que se ofertan en el mercado de este sector todos los domingos.
Destaca el gran valor que tiene el proyecto del Barrio Chino para esa comunidad en el país, cuyo costo, se recuerda, sobrepasó los 267 millones de pesos por parte del Estado dominicano, y mantiene la expectativa de crecimiento económico en la zona.
Desde su inauguración en el 2008, el Barrio Chino de Santo Domingo es visitado, además del público local, por turistas europeos, norteamericanos y los propios asiáticos que van en busca del famoso té chino, de las especias y los vegetales que se ofertan en el mercado de este sector todos los domingos.
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