Las Estrellas Orientales salen hoy a su décima sexta final en su historia en el béisbol profesional dominicano con un recorrido de 40 años carente de un título. El entusiasmo ha sido desbordante en los últimos días y buscan prolongar ese contentamiento en la serie final que definirá el campeón a partir de hoy, teniendo de frente a los Gigantes del Cibao, la única franquicia que no exhibe trofeo de campeón en su haber.
Ello implica alargar la seguidilla de seis victorias en forma seguida en sus últimas seis apariciones del round robin.
Han hecho movimientos para equilibrar y fortalecer el equipo. La llegada de Robinson Canó, una estrella de las Grandes Ligas y de los Marineros de Seattle ha elevado al máximo la efervescencia de la fanaticada y robustecido la alineación.
El equipo tiene las herramientas para ganar con un guía probado, con sapiencia y conocedor del béisbol que se juega aquí, que sabe usar las herramientas en el momento oportuno: Dean treanor.
Desde su entrada a la formación en rol de bateador designado, Canó ha añadido ofensiva alineación, incluso, en el último partido de este jueves se fue de 4-4, incluyendo triple, doble y par de sencillos. Muchos apuestan a que el entusiasmo Oriental se apagará cuando Canó juegue los otros dos partidos de los cinco que su equipo de Seattle le permitió jugar aquí.
Asimismo, la gerencia del conjunto ha atraído al lanzador Austin Bibbens-Dirks, tomado del draft celebrado este viernes y también al poderoso bateador, el jardinero Lew Ford, ambos provenientes de los Toros, equipo eliminado en la serie semifinal.
Bibbens-Dirks, que tuvo marca de 1-1, pero con una efectividad respetable de 1.56 en cinco juegos de la serie semifinal, sería incorporado a la rotación de abridores y Ramón Ortiz formaría parte del staff de relevistas del conjunto.
Otra incorporación es la del relevista Pat McCoy que de inmediato será incluido en el roster, lo mismo que el también taponero importado zurdo Pat Urckfitz, redondeando un ejército de relevistas preparado para tratar de parar la poderosa ofensiva de los Gigantes del Cibao.
Las Estrellas Orientales, que juegan su segunda final en los últimos cinco años, salen ligeramente favoritas en esta serie y que inician esta noche la final jugando como dueño de casa en el parque Tetelo Vargas, probablemente han perdido a Elián Herrera, su intermedista y abridor, tras recibir un fuerte golpe el pasado jueves, luego que fuera lastimado por un brusco deslizamiento de Carlos Peguero, de los Gigantes.
En caso de que Elián Herrera no esté en condiciones de salir al terreno, entonces las Estrellas tendrían la alternativa de usar al utility Michael Martínez en la segunda base y aprovechar su bate.
Otra baja considerable, pero momentánea es la salida de Junior Lake, quien ha viajado a la ciudad de Chicago para participar en reuniones durante dos días, pero se espera esté de regreso este domingo.
Tanto Estrellas como Gigantes concluyeron iguales el round robin con marca de 10-6, pero el “Run Average” favoreció a los verdes, por lo que terminaron la semifinal en la primera posición. La serie será al primero que gane cinco de nueve juegos.
En sus 47 años de sequía sólo han podido llevarse el trofeo de campeón en dos oportunidades. Una fue en la temporada de 1954, cuando tuvieron como piloto a Ramón Bragaña y enfrentaron al Licey, ganando la serie 4-1, luego, en 1967-68, esa vez fueron piloteados por Tony Pacheco y vencieron a los Leones del Escogido 5-3. Desde entonces han transcurridos 47 años ó 564 meses, ó 205,860 días y 4,940,640 millones de horas.
La suerte está echada. Las Estrellas buscan desde hoy dejar atrás el maleficio que por tanto tiempo arrastran.
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