Chile rindió hoy homenaje al presidente Salvador Allende, derrocado hace 43 años por un golpe liderado por el general Augusto Pinochet, con un nuevo llamado a la memoria, justicia y verdad.
El acto principal se celebró en el Palacio de La Moneda (sede del Ejecutivo), el mismo que fue bombardeado por aviones de la fuerza aérea el 11 de septiembre de 1973.
En las calles hubo ofrendas florales a la estatua de Allende en la Plaza de la Constitución, junto a la sede presidencial, y la tradicional romería organizada por organismos de derechos humanos hacia el Cementerio General, donde reposan los restos de Allende.
"Cuarenta y tres años han pasado desde que en este mismo palacio se apagara momentáneamente la llama de la democracia, instalando la dictadura, el terrorismo de estado y la arbitrariedad en el corazón de nuestra patria", dijo la presidenta Michelle Bachelet.La gobernante intervino en una ceremonia realizada en el Patio de los Cañones ante varios centenares de invitados, entre los que se encontraban los ministros del gabinete, el expresidente Ricardo Lagos, parlamentarios y familiares de Salvador Allende.
Antes de ofrecer su discurso, Bachelet, acompañada por Isabel Allende, presidenta del Partido Socialista e hija del fallecido presidente, y otros miembros de la familia, depositaron una ofrenda floral en el Salón Blanco del palacio, que recrea el lugar en el que Allende se suicidó.
Bachelet manifestó que millones de chilenos han nacido después del golpe de Estado y de la recuperación de la democracia en 1990, aunque es necesario que todas las generaciones sepan lo que ocurrió en el país en esos oscuros años.
"Tenemos frente a nuestros hijos y frente a los que se fueron la tarea de dar a la memoria el lugar que merece. De dar a la justicia la profundidad y el espacio que requiere, de honrar a nuestros muertos, sus nombres y sus luchas", sostuvo.
La mandataria consideró que su Gobierno ha dado "pasos sustantivos" en esa dirección y se comprometió a avanzar en la creación de una política integral de derechos humanos.
Por ello, anunció que la abogada Lorena Fries encabezará la Subsecretaría de Derechos Humanos, un organismo gubernamental creado en diciembre pasado que entrará en funciones a fines de este año.
Bachelet recordó también que ha logrado acabar con algunas "camisas de fuerza" que instauró la dictadura de Pinochet (1973-1990) para limitar la democracia.
Citó el fin del sistema binominal con el que se regían las elecciones, el voto de chilenos en el extranjero y los esfuerzos para elaborar una nueva Constitución.
La senadora Isabel Allende, hija del mandatario fallecido, consideró que aún hay que "caminar mucho más" para hacer justicia y abogó por el cierre de Punta Peuco, una cárcel especial donde están recluidos un centenar de exmilitares acusados de delitos de lesa humanidad durante la dictadura.
"Los violadores de los derechos humanos no deben tener medidas especiales porque son personas que cometieron las más graves violaciones", dijo.
Allende reafirmó el sábado su intención de presentarse a las elecciones presidenciales del próximo año si cuenta con el apoyo del Partido Socialista (PS) y del resto de partidos de la Nueva Mayoría, la coalición de centroizquierda que apoya al Gobierno de Bachelet.
Para ello, apostó por la realización de elecciones primarias para elegir a un solo candidato. Allende podría medirse en esa instancia con el expresidente Ricardo Lagos (2000-2006), que la semana pasada anunció su disponibilidad a postular a un segundo mandato.
Amnistía Internacional (AI) instó al Estado chileno a seguir adelante con la lucha contra la impunidad y pidió que todos los sospechosos de haber cometido atropellos a los derechos humanos durante el régimen militar sean investigados y juzgados.
"No es posible que al día de hoy siga vigente la ley de Amnistía, que aún no esté tipificado el delito de tortura (...) y que hasta el día de hoy los crímenes llevados a cabo por las fuerzas de seguridad sean juzgados en los tribunales militares y no los civiles", dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile, Ana Piquer.
Más allá de los actos políticos en La Moneda, miles de personas participaron en la tradicional romería que recorrió el centro de Santiago hasta el Cementerio General.
Al final de la actividad, grupos aislados de encapuchados se enfrentaron con la Policía, que utilizó gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersarlos. DE EFE
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