Mientras la tasa de mortalidad materna ha experimentado una ligera baja en los últimos meses, la cantidad de muertes de recién nacidos continúan siendo altas.Hasta el 13 de mayo de este año se había reportado el fallecimiento de 895 bebés, de los cuales 688 perecieron en los primeros 28 días de nacimiento, en su mayoría por causas evitables, de acuerdo al Boletín número 19 de la Dirección General de Epidemiologia (Digepi) del Ministerio de Salud.
Solamente en la semana que va del 7 al 13 de mayo, perecieron 43 infantes, de los cuales, el 41.8%(18/43) eran hijos de madres residentes en la región Metropolitana.
La provincia de Santo Domingo, el Distrito Nacional, Santiago y San Cristóbal, registraron la mayor cantidad de muertes con 241, 117, 98 y 53, respectivamente. En tanto, en las provincias de Azua, Barahona, Espaillat, El Seibo, La Vega, hubo una reducción de muertes infantiles.
Pese a que la cifra es menor en comparación con el año pasado, cuando para el mismo periodo se habían reportado 924 fallecimientos, no deja de ser alta, colocando a la República Dominicana entre los tres países de América Latina con mayor tasa de mortalidad infantil (25 por cada mil nacidos vivos), por detrás de Haití y Guyana.
Mientras un país como Cuba, cerró el año pasado con 497 defunciones infantiles, en la República Dominicana hubo un total de 2,441 fallecimientos.
¿Cómo se mide la tasa de mortalidad?
La tasa de mortalidad infantil se obtiene del número anual de muertes infantiles, dividido por el número total de nacimientos de un país. Se trata de un indicador demográfico que está relacionado con los niveles de pobreza y de calidad del sistema de salud público de un país.
En América Latina, Cuba posee la tasa más baja, con 4.3 muertes por cada 1,000 nacidos vivos, siguiéndole Chile y Argentina con una tasa de 7 por cada 1000.
Solamente en la semana que va del 7 al 13 de mayo, perecieron 43 infantes, de los cuales, el 41.8%(18/43) eran hijos de madres residentes en la región Metropolitana.
La provincia de Santo Domingo, el Distrito Nacional, Santiago y San Cristóbal, registraron la mayor cantidad de muertes con 241, 117, 98 y 53, respectivamente. En tanto, en las provincias de Azua, Barahona, Espaillat, El Seibo, La Vega, hubo una reducción de muertes infantiles.
Pese a que la cifra es menor en comparación con el año pasado, cuando para el mismo periodo se habían reportado 924 fallecimientos, no deja de ser alta, colocando a la República Dominicana entre los tres países de América Latina con mayor tasa de mortalidad infantil (25 por cada mil nacidos vivos), por detrás de Haití y Guyana.
Mientras un país como Cuba, cerró el año pasado con 497 defunciones infantiles, en la República Dominicana hubo un total de 2,441 fallecimientos.
¿Cómo se mide la tasa de mortalidad?
La tasa de mortalidad infantil se obtiene del número anual de muertes infantiles, dividido por el número total de nacimientos de un país. Se trata de un indicador demográfico que está relacionado con los niveles de pobreza y de calidad del sistema de salud público de un país.
En América Latina, Cuba posee la tasa más baja, con 4.3 muertes por cada 1,000 nacidos vivos, siguiéndole Chile y Argentina con una tasa de 7 por cada 1000.
¿Qué hacer?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que el primer año de vida es el más crítico en la supervivencia del ser humano, pero en especial, los primeros 28 días de vida, que se conocen como periodo neonatal, en donde la prematuridad y bajo peso al nacer, las infecciones, la asfixia (falta de oxígeno al nacer) y los traumatismos en el parto, constituyen las principales causas de muerte.
Mientras que, las principales causas de muerte entre los menores de cinco años son la neumonía, las complicaciones por parto prematuro, la asfixia perinatal y la malaria. Aproximadamente 45% de las muertes infantiles están asociadas a problemas de malnutrición.
La OMS, plantea que las visitas domiciliarias por parte de profesionales de la salud calificados en la primera semana de vida son una estrategia sanitaria que puede aumentar las tasas de supervivencia de los recién nacidos, conjuntamente con la mejora de las practicas hospitalarias.
Señala que en los países en vías de desarrollo, muchas mujeres que dan a luz en centros de salud se enfrentan a obstáculos financieros, sociales o de otro tipo que les impiden regresar al centro a recibir atención postnatal.
En ese sentido, plantea que durante esas visitas, los profesionales de la salud fomentan y apoyan la lactancia materna temprana y fomentan la higiene del cordón umbilical y de la piel.
Mientras que, las principales causas de muerte entre los menores de cinco años son la neumonía, las complicaciones por parto prematuro, la asfixia perinatal y la malaria. Aproximadamente 45% de las muertes infantiles están asociadas a problemas de malnutrición.
La OMS, plantea que las visitas domiciliarias por parte de profesionales de la salud calificados en la primera semana de vida son una estrategia sanitaria que puede aumentar las tasas de supervivencia de los recién nacidos, conjuntamente con la mejora de las practicas hospitalarias.
Señala que en los países en vías de desarrollo, muchas mujeres que dan a luz en centros de salud se enfrentan a obstáculos financieros, sociales o de otro tipo que les impiden regresar al centro a recibir atención postnatal.
En ese sentido, plantea que durante esas visitas, los profesionales de la salud fomentan y apoyan la lactancia materna temprana y fomentan la higiene del cordón umbilical y de la piel.
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