Colombia.- Estados Unidos y Colombia acordaron el domingo reforzar la presión a Venezuela en una reunión en que el vicepresidente estadounidense Mike Pence hizo malabares para no rechazar la “opción militar” del presidente Donald Trump y satisfacer a la vez a sus “aliados” de la región, que apuestan por una salida pacífica a la crisis política venezolana.
“Simplemente, no nos quedaremos callados mientras Venezuela se dirige hacia una dictadura”, declaró Pence en una conferencia de prensa junto a Juan Manuel Santos en que el mandatario colombiano cerró la puerta a una intervención militar.
Pence insistió en que su viaje tiene el objetivo de buscar alianzas en la región para aislar cada vez más al gobierno de Nicolás Maduro y que “Estados Unidos tiene muchas opciones para Venezuela”.
Las declaraciones de Trump el viernes de que no descarta una intervención militar en Venezuela complicó la gira de Pence en una región que se ha pronunciado abiertamente en contra de la opción bélica.
“La posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada”, dijo Santos minutos antes en la comparecencia en Cartagena. “Ni Colombia ni América Latina —desde el sur del Rio Grande hasta la Patagonia— podrían estar de acuerdo. América es un continente de paz. Mantengámoslo así”, agregó.
En medio de presiones políticas, los mandatarios hablaron de endurecer las sanciones económicas contra Caracas. Pence arribó el domingo a Colombia, donde inició una gira por Latinoamérica con la mirada puesta en Venezuela tras la instalación de una todopoderosa Asamblea Constituyente.
Cancilleres de toda la región rechazaron la declaración belicosa del presidente de Estados Unidos contra las tentativas del gobierno de Maduro de afianzarse en el poder, lo que probablemente complicará el viaje a Pence.
Colombia, donde Pence arranca su gira latinoamericana, fue la primera potencia de la región en repudiar el uso de la fuerza en Venezuela y enfatizó que los esfuerzos por restablecer la estabilidad en ese país deben ser pacíficos y respetuosos de la soberanía venezolana.
Además de la crisis en esa nación, el presidente Santos, que recibió a Pence en Cartagena de Indias, espera poner sobre la mesa la cooperación en lucha contra el narcotráfico. Incluso la férrea oposición venezolana rechazó el domingo “el uso de la fuerza, o la amenaza de aplicar la misma, por parte de cualquier país en Venezuela”.
Pese a lo incómodo del tono de Trump, los rivales de Maduro agradecen que su país haya pasado a formar parte de la agenda estadounidense, a diferencia de lo que pasó durante el mandato del expresidente Barack Obama.
En Caracas, seguidores de Maduro convocaron para el lunes una marcha “anti-imperialista” contra las amenazas de Trump. Trump, sin embargo, ha encontrado apoyo en su país.
El domingo, su asesor de seguridad nacional, Herbert Raymond McMaster, afirmó que el presidente pidió a su equipo considerar lo que podría suceder en Venezuela. También el domingo, el director de la CIA, Mike Pompeo, dijo en otro programa que Venezuela “podría convertirse en un riesgo” para Estados Unidos si alcanza otros niveles de caos.
Un republicano de la Comisión de Servicios Armados del Senado lanzó sin embargo un balde de agua fría a la declaración de Trump.
“No tengo idea por qué usaríamos fuerza militar en Venezuela”, dijo el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham, que aseguró saber por qué hay tropas estadounidenses en lugares como Afganistán, Siria, Irak y Corea del Sur y en Europa.
El gobierno de Estados Unidos acusa a Maduro de dar pasos para afianzarse en el poder de manera autocrática. Protestas de la oposición contra el gobierno de Maduro han dejado en los últimos meses más de 120 muertos, 2.000 heridos y centenares de detenidos.
La Asamblea Constituyente, que ya se proclamó superior a todas las demás instituciones del Estado y amenaza con perseguir a la oposición, destituyó a la fiscal general de la nación en su primera medida.
Pence planea reunirse el domingo por la tarde con el presidente Santos para abordar también temas de comercio, de la inversión empresarial y de otros lazos entre las dos naciones, como por ejemplo el apoyo estadounidense a las gestiones del país por implementar el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pero el tema que más preocupa a Santos es el aumento descontrolado de los cultivos ilícitos y es probable que Estados Unidos exija a Colombia evidencias de que está combatiendo la producción de coca.
Colombia cerró 2016 con 188,000 hectáreas de cultivos ilícitos, 18% más que el año anterior —una cifra récord desde que inició en 1999 el Plan Colombia de cooperación contra el narcotráfico entre Washington y Bogotá.
El gobierno de Trump ha presionado al país para que limite el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Durante su gira de casi una semana, Pence también visitará Buenos Aires, Santiago de Chile y Ciudad de Panamá, donde dará varios discursos, se reunirá con los líderes nacionales y visitará la expansión del Canal de Panamá.DE AP
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