Con una botella plástica, hilo y anzuelos el señor Andrés se prepara para pescar. No se dedica a este oficio para subsistir, pero es su pasatiempo y en ocasiones el medio de llevar a casa la cena.
En todo el Malecón de Santo Domingo y el río Ozama, específicamente sobre el puente flotante, decenas de pescadores por “hobby” acuden cada día con el afán de atrapar algún pez.
Estos no hacen competencia con los pescadores de oficio, porque cada quien tiene un área para hacerlo, sin interferir uno con el otro.
La mayoría de los que se dedican a la pesca por diversión son pensionados o no tienen empleo, lo que le da la facilidad de pasar largas horas a orillas del mar esperando que un pez “jabón” o “morena” muerda el anzuelo.
“Yo vengo desde Cristo Rey y me paso el día hasta que logre pescar unos cuantos peces y me voy”, dice Andrés mientras preparaba la carnada: un pedazo de pechuga de pollo.
Cuenta que él prefiere pescar desde el área para pescadores que construyó el Ministerio de Obras Públicas en el Malecón, otros hacen su actividad desde los arrecifes donde buscan cucarachas de mar para atraer a los peces.
Los pescadores por pasatiempo logran capturar entre diez y 15 peces en un día, pero hay otros que no alcanzan los cinco.
En el puente flotante, esta actividad no solo la realizan dominicanos, sino que extranjeros son vistos en la pesca, sobre todo asiáticos.
El señor Wilson tiene 70 años y, como a su edad asegura que ya no puede conseguir empleo, se dedica a la pesca.
Baja de Gualey casi todos los días y con su botella plástica y anzuelos con trozos de sardinas lleva algunos peces para comer.
Wilson junto a otros hombres de sectores de la parte norte de la ciudad estaban en el puente flotante en un día de pesca no muy provechoso, porque solo tenían algunos peces “machetes”.
Un negocio productivo
Aunque en todo el litoral sur hay quienes pescan por diversión, otros lo hacen para vivir. En la plaza de los pescadores del Malecón, 24 hombres se dedican a este oficio, ganando por ventas hasta 3,500 pesos al día cada uno.
En las aguas del mar Caribe pescan desde carite, robalo, cojinúa, barbo, pulpo y otros, venta que se realiza por libras, siendo el más caro el carite a 140 pesos.
Según Alberto, dedicado a la pesca desde hace 45 años, dice que conocen todas las especies que no deben pescar, como el tiburón, la raya y el loro.
Afirma que saben que deben respetar la ley de Medio Ambiente y que a la plaza acude cada día un inspector del ministerio.
Otro que se dedica desde hace años, específicamente desde los 90 es Cristino Cordero, quien afirma que con ese oficio ha mantenido su familia.
“Uno puede pesar hasta 30 y 40 libras”, dice por lo que hay días que puede llevarse hasta 4,000 pesos, pero “hay que fajarse”.
Dice que permanecen en el agua hasta siete horas pescando y cuando saben que tienen lo suficiente para hacer más de mil pesos se retiran.
Además de las personas que acuden a la plaza para comprar, los peces también son vendidos a restaurantes y pescaderías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario