Valle Nuevo. Las casas construidas para las familias desalojadas de las comunidades El Castillo y La Siberia, y que por décadas estuvieron ocupando Valle Nuevo en la zona de Constanza, les serán entregadas en 13 días.
En total fueron levantadas 53 casas y avanzan en la construcción de un centro comunal o club en lo que denominan Villa Popy en la comunidad de Río Grande. También se tiene previsto su
inauguración el día 1 de marzo, según informaron las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente.
inauguración el día 1 de marzo, según informaron las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente.
Las casas construidas en block, madera y techo de alucín, ya tienen instalado el sistema de plomería y electricidad. Están dotadas de dos y tres habitaciones, dependiendo del número de integrantes de una familia, según explicó Julio César de los Santos, administrador del parque Juan Bautista Pérez Rancier.
Área protegida
El 30 de enero del pasado año, el Ministerio de Medio Ambiente asumió el desalojo y desmonte de plantaciones agrícolas que fueron ocupadas por productores de frutas y vegetales de esa zona, ya que ocupaban gran parte del área protegida y por tanto las actividades de siembra y conuquismo no eran compatibles, según precisaron las autoridades. En las zonas ocupadas laboraban centenares de haitianos indocumentados que también fueron sacados por la Dirección General de Migración.
A un año y 12 días del operativo que involucró a militares, Medio Ambiente asegura que algunos ríos que nacen en esa zona y que eran afectados por el trasvase de tuberías, entraron en un proceso de recuperación y ya comienzan a mejorar su caudal. Para algunos productores, Medio Ambiente asumió la jornada de desalojo afectando a los que están enclavados en la zona de Constanza, privilegiando a otros que hacen tareas similares a las de ellos.
Las nuevas viviendas traen júbilo
Los desalojados, que en principio vieron con recelo y hasta dudas las promesas del ministro de Medio Ambiente, de trasladarlos al proyecto habitacional levantado lejos del lugar donde lograron sobrevivir entre precariedades, ahora sienten alegría, ya que de habitar casi tres décadas entre casuchas levantadas con retazos de hojalata, madera y zinc, ahora vivirán mejor.
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