Elementos de la Guardia Nacional auxiliados por nueve perros buscaban el lunes víctimas entre los escombros de las viviendas destruidas tras las cuatro explosiones e incendios que ocurrieron la víspera en México a consecuencia de una fuga de gas que dejaron un fallecido y 17 heridos en la ciudad de Puebla, informó el lunes el comandante de la zona militar, José Alfredo González Rodríguez.
Luego de que el personal de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) logró soldar e inhabilitar la toma clandestina del gasoducto donde se originó la fuga de gas que ocasionó las explosiones, las autoridades iniciaron el proceso de remoción de los escombros y búsqueda de fallecidos o heridos.
En conferencia de prensa, González Rodríguez dijo que se va “agotar hasta el último instante” para descartar que pueda haber más víctimas. Hasta el momento las autoridades no ha reportado que existan personas desaparecidas en el lugar.
Unos 1,160 efectivos se encuentran en la zona para resguardar el gasoducto y el área afectada por la explosión, precisó el jefe militar.
Por su parte, el secretario de Salud de Puebla, José Antonio Martínez, confirmó que falleció una persona y otras 17 resultaron lesionadas, de las cuales tres ya fueron dados de alta por presentar quemaduras de primer y segundo grado.
La Fiscalía General de Puebla anunció el lunes que se iniciaron las investigaciones y se entrevistaron a 68 personas para recabar elementos sobre el caso.
Los responsables podrían enfrentar cargos por homicidio, lesiones dolosas y daños a la propiedad. Las autoridades estiman que al menos 84 casas quedaron dañadas.
Las autoridades de Pemex confirmaron que la víspera se registraron cuatro explosiones de diferentes magnitudes en un radio de 800 metros en un barrio al norte de la ciudad de Puebla como consecuencia de la acumulación de gases que al tener contacto probablemente con un transformador eléctrico desataron las explosiones e incendios.
La fuga de gas se registró en una toma clandestina del combustible que fue localizada a 3.5 metros de profundidad, señaló el director de Pemex Logística, Javier González del Villar, quien explicó que la toma consta de un ajuste de un niple soldado, una válvula de dos pulgadas y otra válvula más pequeña que está conectada a una manguera.
González del Villar afirmó que en la toma clandestina se encontró conectado un depósito de combustible que tenía una identificación similar a la de la empresa local Hidro Gas, y agregó que esa conexión ilegal fue la que ocasionó la fuga y las posteriores explosiones.
Barbosa Huerta dijo la víspera que gracias a una llamada de emergencia, previa a las explosiones, se alertó sobre una nube blanca y olor a gas, lo que permitió la evacuación de 2,000 personas en un radio de un kilómetro y se evitó una tragedia de mayor magnitud.
La fuga fue tan grande que en algunas partes las casas quedaron convertidas en escombros, y más de doce horas después todavía había llamas en el lugar de la toma clandestina, las cuales cesaron una vez que comenzó una fuerte lluvia.
En México ha proliferado el robo de hidrocarburos, sobre todo de petróleo, y Puebla es uno de los estados más afectados, pues se encuentra entre la capital y la zona petrolera del Golfo de México.
Los criminales perforan los ductos pese a los riesgos que eso provoca. Uno de los sucesos más graves fue en enero de 2019 en Tlahuelilpan, al norte de Ciudad de México, donde murieron más de 130 personas, muchas de las cuales fueron afectadas porque tras detectarse la fuga de combustible acudieron a llenar garrafas de gasolina y quedaron atrapadas en el incendio.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ofreció el domingo sus condolencias vía Twitter, hizo de la lucha contra el millonario negocio del robo de combustible uno de sus grandes compromisos y desplegó a miles de militares para custodiar los ductos.
Aunque las tomas clandestinas se han reducido en este gobierno, el problema no está solucionado.
Según un informe oficial de marzo, México perdía en promedio 4,000 barriles diarios de gasolina y diésel debido a las tomas ilegales, pero el presidente dijo que los robos, apoyados por los habitantes de poblaciones enteras, eran ya muy pocos. DE AP
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