Corea del Norte lanzó hoy un nuevo desafío al mundo al anunciar la próxima reapertura del reactor principal de Yongbyon, que devolvería al país su principal fuente de plutonio para avanzar en el desarrollo de armas nucleares.
El régimen de Kim Jong-un pondrá en marcha su reactor central de 5 megavatios clausurado en 2007 y aseguró que "los trabajos se iniciarán sin demora", aunque expertos descartan por motivos técnicos la posibilidad de una reapertura a corto plazo.
Pyongyang explicó que la medida forma parte de los esfuerzos para resolver la endémica escasez de suministro eléctrico del país, aunque también servirá para "impulsar la fuerza armada nuclear tanto en cantidad como en calidad", lo que ha alimentado aún más la inquietud en la comunidad internacional.
Los Gobiernos de Corea del Sur, China, Japón y Rusia, que forman parte del estancado proceso de diálogo multilateral para la desnuclearización del régimen comunista, lamentaron y mostraron su preocupación por la decisión de reabrir Yongbyon.
Ubicado unos 100 kilómetros al norte de Pyongyang e inactivo desde 2007, el reactor de Yongbyon ha sido hasta la fecha la única fuente de plutonio de Corea del Norte al producir, según expertos, barras de combustible usado de las que es posible extraer este material apto para fabricar bombas atómicas.
Los analistas sostienen que Corea del Norte mantiene limitadas reservas de aquel plutonio, usado en sus pruebas nucleares de 2006 y 2009 -se desconoce si también en la del pasado febrero-, por lo que la reapertura del reactor podría suponer un paso decisivo en su peligrosa apuesta atómica.
Al margen del reactor, otra instalación clave del complejo nuclear de Yongbyon es la planta de enriquecimiento de uranio, que el país comunista mostró abiertamente en 2010 al experto estadounidense Siegfried Hecker y donde permanecían operativas unas 2.000 centrifugadoras.
Las centrifugadoras, "más sofisticadas que las de Irán" según valoró entonces el experto, presuntamente producen uranio de bajo enriquecimiento, que Pyongyang asegura destinar a la producción de energía para uso civil.
No existen pruebas de que Corea del Norte sea capaz de fabricar bombas nucleares con uranio ya que su aplicación requiere tecnología mucho más avanzada que en el caso del plutonio, aunque ciertos observadores barajan que el hermético Estado podría haberlo logrado en su tercera prueba atómica de febrero.
El programa nuclear norcoreano, persistente foco de preocupación en los países de la región y EEUU, tuvo su inicio en los años 60, aunque no fue hasta los 80 cuando el entonces líder Kim Il-sung, fundador del país, dio los primeros pasos hacia el desarrollo de armas atómicas.
En los años 2000 las coreas, EEUU, China, Japón y Rusia trataron de negociar el fin de la desnuclearización norcoreana a través de las conversaciones a seis bandas, que en 2007 lograron la clausura y demolición parcial del polémico reactor de 5 megavatios de Yongbyon.
Las conversaciones a seis bandas se hallan estancadas desde 2008, cuando Corea del Norte se retiró tras recibir sanciones de la ONU por efectuar pruebas con misiles de largo alcance.
Desde entonces, los diversos intentos de los países para retomar este proceso multilateral han concluido en fracaso y, bajo el argumento de sentirse amenazada por EEUU y sus aliados, Corea del Norte ha dado nuevos impulsos al desarrollo de su programa nuclear, el último de ellos hace tan solo dos días.
Como ratificación de su apuesta por las armas atómicas y en plena etapa de tensión, Kim Jong-un declaró el domingo que el desarrollo de armas nucleares conformará, junto al progreso económico, el doble puntal de la nueva estrategia política de una Corea del Norte todavía anclada en tiempos de la Guerra Fría. DE EFE
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