Aseguran que la globalización y comunicaciones masivas dañan los valores que sustentan la sociedad dominicana - La Conferencia del Episcopado Dominicano alertó que la familia, como principal componente de la sociedad dominicana, está amenazada debido a la creciente separación y divorcio de las parejas, la pobreza extrema, la falta de fuentes de trabajo y el agravamiento del costo de la vida.
En su Carta Pastoral “Familia cristiana: vive y proclama tu fe”, a propósito de celebrarse el año de la Solemnidad de la Virgen de La Altagracia, los obispos dijeron que en la familia y la sociedad van penetrando estilos de vida que motivan el estilo de vida fácil, sin compromiso ni sacrificio, limitando el número de hijos hasta el punto de verlos como una amenaza.
También señalan que “la falta de fuentes de trabajo para los padres, madres e hijos jóvenes, agravada por el creciente costo de la vida, genera tensiones por la falta de comida, medicinas, vestido, vivienda digna, educación y descanso”.
Observan que la pobreza extrema y el abandono del hogar han creado un número considerable de niños en la calle, abandonados, expuestos a muchos peligros, a la vez que hiere la sensibilidad el ver tantos ancianos desprotegidos, a veces abandonados por sus parientes y por las instituciones del Estado, así como a enfermos privados de cariño.
“A esto podemos añadir índices verdaderamente deprimentes de insalubridad, pobreza y aún miseria, ignorancia y analfabetismo, y tantas otras realidades no menos tristes, como señaló el beato Juan Pablo II”.
Vida cómoda y hedonista
La Carta Pastoral advirtió sobre grupos interesados en imponer por diversos medios, incluso mediante legislaciones, prácticas contrarias al ser de la familia y de la persona, y por tanto al plan creador, como el aborto, los anticonceptivos y las uniones del mismo sexo, lo que va acompañado de una propaganda mediática que promueve “una vida fácil, cómoda y hedonista, cargada de cierto pan-sexualismo, que inhibe la voluntad de los jóvenes para grandes valores e ideales”.
Recuerda que ya el Pontificio Consejo de la Familia advirtió que hoy en día “domina una cultura en la que la sociedad y los mass-media ofrecen a menudo, una información despersonalizada, lúdica, con frecuencia pesimista y sin respeto para las diversas etapas de la formación y evolución de los adolescentes y de los jóvenes, bajo el influjo de un desviado concepto individualista de la libertad y de un contexto desprovisto de los valores fundamentales sobre la vida, sobre el amor y sobre la familia”.
Violencia intrafamiliar
La Conferencia del Episcopado Dominicano sostuvo que la sociedad y la familia dominicana están siendo golpeadas por la violencia intrafamiliar, los feminicidios y suicidios, lo que causa orfandad y traumas de difícil reparación en los hijos e incrementa el número de separaciones y divorcios. Esto conlleva a la destrucción de hogares y a consecuencias negativas.
Precisa que “al mirar la realidad atormentada por tanto sufrimiento producido por la violencia, homicidios, suicidios, delincuencia juvenil, atracos, engaños, celos, infidelidades, injusticia social, desenfreno sexual, corrupción, constatamos que una de las raíces fundamentales de estos males está en el deterioro de muchas familias. En la medida en que se fortalezcan más los valores humanos y cristianos en los hogares, gozaremos de más paz social”.
Más luces que sombras
Sin embargo, los obispos afirman que si bien es verdad que actualmente se ven muchas sombras, mucho más lo es el hecho de que las luces que acompañan la realidad familiar son mayores, pues se cuenta con muchos matrimonios y familias arraigados en la fe, que viven la unidad en el amor y con alegría.
“Ellos son sólidos testigos de la verdad, de la belleza de la familia y de los grandes valores humanos y cristianos, y contribuyen al bienestar de nuestra patria, por lo que damos gracias a Dios. Gozamos de una inmensa mayoría de familias que conservan y practican, y no sólo en el ámbito familiar, los valores de la hospitalidad, la fraternidad y la solidaridad humana”, apuntan.
“Y qué no decir del sentido de fiesta y alegría de nuestro pueblo dominicano donde se celebra siempre en familia toda clase de momentos importantes en la vida de sus miembros.
En este mismo orden, todavía nos quedan muchas familias en las que se reúnen los padres y los hijos para practicar unidos su relación con el Señor”, subrayan.
El papel del Estado
La Carta de la Conferencia del Episcopado dice que en el campo social reconocen los esfuerzos que viene haciendo el Estado en ayudar con recursos económicos a una gran parte de las familias necesitadas.
Sostienen que desean que dichos esfuerzos se sigan multiplicando y fortaleciendo, de modo que al mismo tiempo que se les asiste respetando su dignidad humana, se les ayude a salir de la situación de pobreza y marginación creando nuevas fuentes de trabajo, incentivando la inversión en el campo, promoviendo la pequeña y mediana empresa.
“También nosotros como pastores promovemos iniciativas y medios que pueden ayudarlas a realizar su misión en la sociedad. Desde nuestra Cáritas Dominicana y desde nuestra Pastoral Social hemos realizado cuantiosas obras sociales”, recuerdan.
Sin embargo, indican que corresponde al Estado y a todas las instituciones de la sociedad ofrecer a las familias los medios adecuados para que pueda cumplir su rol fundamental a favor de la misma sociedad.
Clamaron porque se continúe el esfuerzo por el fortalecimiento de la educación escolar, pues contribuye al bienestar y a la misión de la familia, afianzando los valores iniciados en el hogar, así como enfrentar el desafío importante es una educación sexual realizada con seriedad, ajustada a la moral y a la verdad.
Se trata de la primera carta pastoral que emite la Conferencia del Episcopado Dominicano con el tema de la familia y los retos que enfrenta en la sociedad dominicana.
Admiten responsabilidad de la iglesia en deterioro
En su carta la Conferencia del Episcopado Dominicano reconoce la responsabilidad de la iglesia católica en el deterioro de la familia y la sociedad. “El acompañamiento insuficiente por parte de la iglesia y la falta de una evangelización sólida, son factores que han contribuido al debilitamiento o resquebrajamiento de la institución matrimonial y familiar y, por tanto, a la descomposición social”. Indicaron que la familia cristiana en la República Dominicana enfrenta fuertes desafíos, reforzados por la globalización de las comunicaciones masivas, afectando la vida de fe y los valores que la sustentan.
En su carta, emitida a propósito de celebrarse este 21 de enero el día de la Virgen de la Altagracia, los obispos estimulan a las familias evangelizadas a seguir creciendo en su vivencia como discípulos de Jesús y tener como modelo la familia de Nazaret, siendo testimonio transparente de la realización del plan originario de Dios. “Cultiven en familia la escucha de la palabra de Dios, la oración, la práctica de la lectio divina, la participación en la Eucaristía, y el diálogo abierto, ayudándose unos a otros, con una cierta revisión de vida y el trabajo apostólico y social”, dicen.
En su carta, emitida a propósito de celebrarse este 21 de enero el día de la Virgen de la Altagracia, los obispos estimulan a las familias evangelizadas a seguir creciendo en su vivencia como discípulos de Jesús y tener como modelo la familia de Nazaret, siendo testimonio transparente de la realización del plan originario de Dios. “Cultiven en familia la escucha de la palabra de Dios, la oración, la práctica de la lectio divina, la participación en la Eucaristía, y el diálogo abierto, ayudándose unos a otros, con una cierta revisión de vida y el trabajo apostólico y social”, dicen.
Divorcio
La frecuencia de los divorcios y separaciones son traumáticos y afectan, sobre todo, a los hijos.
La frecuencia de los divorcios y separaciones son traumáticos y afectan, sobre todo, a los hijos.
Pobreza
La pobreza, la falta de fuentes de trabajo y el agravamiento del costo de la vida atentan contra la unión familiar
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