Los líderes del mundo exigieron ayer que los rebeldes prorrusos que controlan el este de Ucrania, lugar del accidente del vuelo 17 de Malaysia Airlines, otorguen acceso inmediato y sin trabas a investigadores independientes para determinar quién derribó el avión.
En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Estados Unidos culpó a los separatistas, al señalar que Washington cree que el avión con 298 ocupantes, entre ellos 80 niños, probablemente fue derribado por un misil SA-11, y que “no podemos descartar la asistencia técnica de personal ruso”.
Tanto la Casa Blanca como el Kremlin pidieron conversaciones de paz en el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas ucranianos de habla rusa que buscan lazos más estrechos con Moscú. Fuertes combates se reportaron a menos de 100 kilómetros (60 millas) del lugar del accidente, con un estimado de 20 civiles asesinados.
Trabajadores de emergencia y mineros de carbón locales recuperaron cuerpos de los pastizales y campos de girasoles donde cayó el jueves el Boeing 777.
Unos 30 funcionarios, principalmente de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa, llegaron al lugar del accidente, entre las localidades de Rozsypne y Hrabove, a unos 40 kilómetros (25 millas) de la frontera con Rusia.
Inspección
Los rebeldes permitieron al equipo realizar una inspección muy parcial y superficial.
Los rebeldes permitieron al equipo realizar una inspección muy parcial y superficial.
Mientras la delegación se marchaba bajo las órdenes de supervisores armados, dos miembros ucranianos se quedaron retrasados para ver un fragmento del avión en un borde de la carretera, y un combatiente hizo un tiro de advertencia en el aire con su Kalashnikov.DE AP
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