Hemos perdido, la sociedad, a un excelente ciudadano, a un ejemplo de lo que debe ser un dominicano. La familia ha perdido un hijo, un esposo, un padre y un abuelo excepcional, y yo he perdido un gran amigo, una persona irremplazable en el afecto y el cariño de quien les habla”, expresó ayer José Luis Corripio Estrada (Pepín).
Corripio Estrada expresó estas palabras durante el tributo que rindió el Grupo de Comunicaciones Corripio a los restos del director de El Nacional, Radhamés Gómez Pepín, en sus instalaciones.
“Radhamés tenía una característica, que quizás no se ha mencionado, y que pude captar en mis relaciones con él, como fue su vocación febril en defensa de los débiles, del perseguido, de los acusados y siempre fue una constante, una protección a ese sector, que por razones diversas él se sentía atraído por los más débiles de la sociedad”, dijo el propietario de los medios de comunicación en un discurso de despedida.
Los restos del destacado periodista, quien falleció el pasado lunes a las siete de la mañana, a los 87 años, fueron expuestos ayer en el edificio que aloja los periódicos El Nacional, El Día y Hoy, en la avenida San Martín, donde familias y compañeros le dieron el último adiós.
Luego de la ceremonia, sus restos fueron llevados al cementerio municipal de la 30 de Marzo de la ciudad que lo vio nacer: Santiago de los Caballeros, donde a las 5:00 de la tarde fueron sepultados en el lugar donde también descansan los de sus padres.
“Era más que un amigo, amigos abarca a muchas personas, la palabra adecuada es un compañero, más cercano que un amigo. Nunca tuvimos ni un sí ni un no, nada más que un mutuo respeto de las opiniones”, agregó.
Consideró que la decisión de nombrarlo como director de El Nacional, hace 27 años, ha sido la más acertada que ha tomado en los medios de comunicación. Como anécdota narró: “Y todavía recuerdo de hace 27 años cuando fue nombrado director de El Nacional, delante de mí, en un gesto de amor filial, llamó inmediatamente a su madre y le preguntó: “¿Sabes quién te habla? Te habla el director de El Nacional”, reveló Pepín Corripio.
“Él le imprimió al periódico la condición real de lo que parece un eslogan publicitario, pero que en este caso fue una realidad, El Nacional, es la voz de todos”, narró.
Dijo que los elogios y homenaje que se le rindieron no son suficientes para sus familiares y relacionados, porque tienen que estar dirigidos a la sociedad dominicana y al periodismo nacional, “los cuales pierden a un hombre ejemplar”. “Recordémosle para vengarnos de su ausencia, recordémoslo, que es la única forma que tenemos de sacarlo del olvido”, dijo Pepín Corripio en su discurso en el homenaje póstumo en la explanada frontal, donde el padre José María Gil ofició un responso.
Corripio manifestó que los elogios a Radhamés tienen una peculiaridad de que todos son ciertos y merecidos, y que fueron ganados durante una vida impecable en el periodismo y la familia.
“Es difícil de imitar su labor. Es difícil de ser lo que hizo por tanto tiempo, porque es el enlace de una generación cada día más ausente del periodismo de otra era y del periodismo moderno”, concluyó.
Su viuda, Margarita Cornelia Torres, y el hijo mayor, Radhamés Gómez Sánchez (Chiqui), agradecieron a nombre de la familia.
(+) ACTO Y LOS TESTIMONIOS
Al acto asistieron la vicepresidenta Margarita Cedeño; el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, su vicepresidente Julio César Castaños Guzmán, directores de los medios de comunicación y el personal de la editora.
Al acto asistieron la vicepresidenta Margarita Cedeño; el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, su vicepresidente Julio César Castaños Guzmán, directores de los medios de comunicación y el personal de la editora.
Una guardia de honor fue montada desde las primeras horas, la primera conformada por Corripio Estrella, Miguel Franjul y Fabio Cabral, director y subdirector del Listín Diario; y Bolívar Gómez, subdirector de El Nacional.
La última por el propio Corripio, sus hijos José Alfredo y Manuel, y Margarita Cedeño. Cornelia Margarita, en un mensaje de despedida, destaca que Radhamés vino de Santiago a la capital en 1956 para avanzar como periodista, sin suponer quizás que iniciaba una trayectoria de 73 años durante los cuales sería testigo de primer orden, en gran parte, de los acontecimientos importantes de la vida política y social del país. Manifestó que antes de llevarle a su última morada, “le hemos traído a esta empresa que tanto amó, y en la que encontró estabilidad laboral, rodeado de mucha gente a la que apreciaba y con la cual compartía el goce de hacer lo que más le gustaba: trabajar en las noticias y dentro de lo posible, ayudar a solucionar problemas comunitarios o de individuos, que en medio de las dificultades, encontraban en él un apoyo decidido y tenaz, capaz de asumir como propias las causas ajenas”. La vicepresidenta Margarita Cedeño afirmó que el director de El Nacional “es el faro que guía a una generación de periodistas”. Cedeño lamentó el deceso de Gómez Pepín, a quien consideró “un profesional de profundos valores, defensor de la democracia y forjador de una mejor sociedad”. “Su legado está en cada página que su pluma corrigió, en cada artículo, en cada reportaje y crónica periodística; su legado es imperecedero”.
También habló el periodista José Rafael Sosa a nombre del personal de la redacción de El Nacional, señalando que Radhamés deja como herencia una forma distinta de percibir los hechos, de darlos a conocer desde todas sus perspectivas.
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