lunes, 28 de diciembre de 2015

DAJABÓN Decenas de Haitianos se van a pasar el Año Nuevo en su país; el mercado fue normal hoy LOS HAITIANOS COMPRARON DIVERSOS PRODUCTOS Y LOS LLEVARON A SU PAÍS SIN DIFICULTADES

Dajabón
Decenas de haitianos indocumentados, muchos de ellos con sus ajuares, están regresando a su país de manera voluntaria.
En tanto, que cientos de estos ciudadanos cruzaron hoy a Dajabón para intercambiar comercio en el mercado binacional que se celebra los lunes y viernes en esta provincia.
Los haitianos compraron diversos productos y los llevaron a su país sin dificultades, debido a que los oficiales aduanales, de Agricultura, Migración y de la Policía de Haití, no fueron apostados en su portón fronterizo, según dijeron comerciantes y compradores.
El presidente de la Asociación de Comerciantes Detallistas del Mercado de Dajabón, Abigail Bueno, dijo que es lógico que las autoridades haitianas tienen que flexibilizar su postura y dejar sin efecto medidas arbitrarias que despojan a sus ciudadanos de los  productos que adquieren en la feria común.
En ese contexto, manifestó que es el pueblo pobre de Haití el que más sufre con las restricciones a la entrada a ese país de productos de procedencia dominicana.
REGRESO
En lo que corresponde al regreso de haitianos ilegales a su nación, algunos dijeron que lo hacen para pasar  el Año Nuevo junto a sus familiares.
Sin embargo, otros informaron que lo hacían para guardar sus enseres entre sus familiares, porque como no se acogieron al Plan de Regularización están conscientes de que en cualquier momento pueden ser apresados y repatriados.
“Muchos haitianos se fueron con sus trastes en junio y julio y ya todos están aquí, ellos dicen que si los devuelven no pierden nada, eso mismo pienso yo”, indicó el inmigrante haitiano indocumentado René Pensito Sousá, quien regresaba a su país junto a su pareja y dos hijos con todos sus ajuares.
Pensito Sousá refirió que trabaja en el área de la  construcción en Santiago y que a partir del 3 de enero piensa regresar al país, aunque declaró que mientras tanto, piensa dejar en Haití por al menos dos meses a su esposa y sus dos hijos, para luego regresarlos.
“En enero los militares aumentan la vigilancia en la frontera, pero la mayoría de nosotros ya sabemos el truquito de regresar sin problemas (los poteas), (como llaman en Haití a los traficantes de personas), son amigos de los guardias de la frontera y se saludan de manos”, dijo el inmigrante mientras sonreía irónicamente.

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