Agentes de seguridad rodeaban toda el área perimetral; los asientos estaban ocupados, pero la llegada de más personas no cesaba, las banderas de diversos países eran ondeadas y la emoción de los presentes se manifestaba a través de los cánticos y aplausos.
Las pantallas en los extremos del escenario se encendieron bajo el título “Tiempo de liberación”, para presentar una muestra de las obras concebidas a manos del “profeta” TB Joshua, a quien la multitud congregada en el Estadio Olímpico de la capital esperó con ansiedad por casi cinco horas.
Con una extensa presentación y los aplausos de los presentes, el pastor evangélico hizo su entrada escoltado por una estricta seguridad. Al subir al escenario sus primeras palabras fueron “Gracias, muchas gracias. Todo lo grande empieza pequeño. Justo estamos aquí como el Señor nos indicó”.
La mayoría de los presentes estaban en el lugar en busca de sanidad, otros como la señora Divina Aponte porque cree en los milagros.
Toques
Después de leer en la Biblia Romanos 5:2 y hablar sobre la importancia de nacer de nuevo, ayudar al prójimo, despegarse de los bienes materiales y compartir las bendiciones recibidas con quienes lo necesitan, TB Joshua bajó del escenario.Las pantallas reflejaban lo ocurrido en medio de la gente. Sus manos tocaron a personas que habían llegado en sillas de ruedas y en ese momento se paraban y salían caminando. Un grupo de personas enfermas frente a él aclamaban “ayúdanos hombre de Dios” y según sus testimonios solo con recibir el tacto de sus manos, eran sanados.
Después de leer en la Biblia Romanos 5:2 y hablar sobre la importancia de nacer de nuevo, ayudar al prójimo, despegarse de los bienes materiales y compartir las bendiciones recibidas con quienes lo necesitan, TB Joshua bajó del escenario.Las pantallas reflejaban lo ocurrido en medio de la gente. Sus manos tocaron a personas que habían llegado en sillas de ruedas y en ese momento se paraban y salían caminando. Un grupo de personas enfermas frente a él aclamaban “ayúdanos hombre de Dios” y según sus testimonios solo con recibir el tacto de sus manos, eran sanados.
El acto comenzó con las notas del Himno Nacional y a seguidas las presentaciones artísticas: un grupo de jóvenes con trajes típicos danzaban al ritmo de un baile folclórico; la voz de un niño provocó que todos alzaran sus manos, mientras entonaban la canción “Aleluya”; la coreografía con los panderos y las pañoletas cautivaron la atención del público, así como la presentación del artista cristiano J J Hairston y la participación de otros grupos musicales que se adueñaron del escenario.
El evento pautado para las tres de la tarde inició casi cinco horas después con la llegada de Joshua.
El profeta TB Joshua (derecha) cuando procedía a tocar a un hombre que acudió en busca de sanidad a la actividad que encabezó ante miles de personas que colmaron las gradas y el área verde del Estadio Olímpico de la capital
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