Baltazar Mesa es uno de los hombres pedidos en extradición por los Estados Unidos. Y también es uno de los que aceptó irse voluntariamente, evitando el proceso de conocimiento de su caso a profunidad por la Suprema Corte de Justicia.
Hoy, en la audiencia en la que aceptó irse de manera voluntaria, estuvo muy risueño y bromista con los reporteros que cubrían las incidencias en la segunda sala penal de la Suprema.
“Y qué voy hacer, ¿voy a llorar? Yo soy un hombre. Lo que sea me toca. Y cuando toca, toca”, dijo Mesa, poniéndose serio.
“¿Cuánto dinero acumuló?”, le preguntaron los periodistas. “Uuuhh, como 100 mil millones”, respondió. Se refería a su tiempo de beisbolista profesional, al dinero que ganó siendo pelotero en las ligas menores de las Grandes Ligas. En broma, evidentemente.
“¿Tienes fortuna actualmente?”, le preguntaron. “No tengo na… una casa”, pondiendose un poco más serio. “¿Con 100 mil millones?”, le replicó una periodista y entonces el acusado estalló en risas diciendo que sí.
“¿O sea, lo que tú tienes se puede justificar?”, le pregunaron. “Claro que sí”, respondió.
“También vendí (firmé) un pelotero por cinco millones hace cuatro años, búscalo en el periódico”, le dijo a los periodistas.
“También vendí (firmé) un pelotero por cinco millones hace cuatro años, búscalo en el periódico”, le dijo a los periodistas.
“Estuve allá una vez. Yo era pelotero, ¿se te olvida?”, le dijo a periodistas.
Mesa estuvo en Estados Unidos a finales de la década de 1980. Solo ha estado allá una vez. Esta será su segunda, en un regreso forzado, dijo.
En un momento se detuvo a molestar a José Jesús Tapia Pérez, otro de los pedidos en extradición, y quien también aceptó irse en extradición a los Estados Unidos. Le decía que hablara con los periodistas, que ellos le tenían preguntas. El otro hombre solo se reía y bajaba la cabeza.
“La justicia de allá es buena”, también dijo.
“La justicia de allá es buena”, también dijo.
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