La mañana del 18 de marzo de 1861, el general Pedro Santana, primer presidente en la historia de la República y de tendencia conservadora, anunció en la Plaza de la Catedral de Santo Domingo (el parque Colón) la anexión a España, hecho que ponía fin a una serie de acercamientos con otras naciones en búsqueda de protectorado.
El contexto histórico de “la entrega” está en la crisis del gobierno de Santana a finales de 1859, donde éste decide darse continuidad política con la anexión a España.
Con esta traición a la patria, nuestro país pasó a ser una provincia española de ultramar.
Se trataba de un proceso que había sido encomendado al trinitario Felipe Alfau y que dio sus frutos al ofertarle el control de las aduanas y una reducción de los impuestos para los barcos que provenían de la Corona española.
La anexión se produjo tan sólo a 17 años de proclamada la independencia patria en febrero de 1844.
Con el anuncio de la anexión, se da inicio a una serie de conspiraciones e intentos por restaurar el orden democrático como las de José Contreras en Moca y la de Francisco del Rosario Sánchez en la frontera domínico- haitiana.
Dos años después de consumada la anexión, y luego de un proceso de disturbios que mostraban el descontento del pueblo, se inicia el período histórico dominicano conocido como la Restauración de la República, con la incursión de un grupo de hombres por la frontera con Haití, enarbolando en Capotillo la Bandera Nacional.
Se trataba entonces de la culminación de un proceso de crisis de diversos modelos de dictadura, y luego de anexión a una patria extranjera, sobre todo de los caudillos Pedro Santana y Buenaventura Báez, según refiere el profesor universitario José Antinoe Fiallo: “Un estallido como culminación de un proceso de deterioro sociopolítico y económico”. Con la proclamación de la separación de España, el movimiento se extendió de forma progresiva por el noroeste, pasando luego al Cibao.
Estos dos puntos, de acuerdo con el profesor Fiallo Billini, se constituyeron en las zonas de consolidación del proceso, que luego vio sus raíces crecer al sur, para luego llegar hasta las cercanías de la capital y luego a la región este.
Se trataba de una insurrección que debía hacer frente a los más de 30,000 efectivos que, según Fiallo Billini, tenía el ejército español. Se desconocen las bajas que pudieron producirse del lado europeo.
La batalla ciertamente no era pareja, debido a que los anexionistas contaban con mejor armamento, recursos y un personal con experiencia de academias militares.
Como si fuese poco, nuestro país estaba en medio de dos islas que pertenecían a España: Cuba y Puerto Rico.
El 14 de septiembre de 1863 los protagonistas instauraron el Gobierno Restaurador presidido por José Antonio Espaillat.
El 10 de julio de 1865, las tropas españolas abandonaran la isla, luego de años de trifulcas y sangre derramada, que una vez más sirvieron para confi rmar el deseo de separación que albergó siempre al más puro dominicano: Juan Pablo Duarte.
INSTRUCTIVO MILITAR
¿Cómo venció el país a la potencia europea? Es una buena interrogante, tomando en consideración que los combatientes dominicanos eran superados en número y adiestramiento por el ejército español.
En el libro “Homenaje a Mella”, publicado por la Academia Dominicana de la Historia, se encuentra un instructivo para la guerra de guerrillas, fechado el 26 de enero de 1864, a escasos meses de haberse iniciado la epopeya. El texto es bastante breve (tan solo dos páginas) pero en él se realizan nueve recomendaciones a los combatientes dominicanos, donde, en resumen, se les explica qué cosas deben hacer para dominar los combates y poner en desventaja al enemigo.
La primera de estas recomendaciones dice: “En la lucha actual y en las operaciones militares emprendidas, se necesita usar de la mayor prudencia, observando siempre con la mayor precaución y astucia para no dejarse sorprender, igualando así la superioridad del enemigo en número, disciplina y recurso”.
Pero en dicho texto, atribuido al patricio Matías Ramón Mella y firmado por el vicepresidente del Gobierno Provisorio Restaurador, Benigno Filomeno de Rojas, existen dos recomendaciones interesantísimas en las que se les explica a los restaurados las tácticas que han de utilizar a razón de ser ellos inferiores en número y recursos.
Dice la recomendación número 5: “No debemos nunca dejarnos sorprender, y sorprenderlos siempre que se pueda y aunque sea a un solo hombre”. Mientras la 6 explica: “No dejarlos dormir ni de día ni de noche, para que las enfermedades hagan en ellos más estragos que nuestras armas. Este servicio lo deben hacer solo pequeños grupos de los nuestros y que el resto descanse y duerma”.
Momentos y personajes
Restauración. El moviento restaurador se inició oficialmente el 16 de agosto de 1863, y luego de dos años de intensas luchas el pueblo vio marcharse a las tropas militares extranjeras.
Patriotas
En la Frontera 16/08/1863.
Santiago Rodríguez, José Cabrera, Benito Monción, Pedro Antonio Pimentel, entre otros restauradores, ingresaron a suelo patrio.
Pepillo Salcedo
Murió fusilado 05/11/1864. Asumió la presidencia de la República el 14 de septiembre de 1863. Su fusilamiento fue ordenado por Gaspar Polanco.
Pimentel
Presidente 25/03/1865. Una de sus primeras medidas al asumir la presidencia fue la designación de un consejo de guerra para juzgar al ex presidente Gaspar Polanco.
Juan P. Duarte
El regreso 25/03/1964.
Tras 20 años de ausencia de su país, el ideólogo de la independencia pisó tierra patria y de inmediato se puso a las órdenes del movimiento restaurador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario