El presidente Leonel Fernández cumplió esta tarde con la promesa hecha al pueblo haitiano tras el terremoto del 12 de enero de 2010, y entregó una universidad con capacidad para diez mil estudiantes y tres autobuses para trasportar a los que viven en comunidades distantes.
En un discurso en francés y en español, Fernández expresó su satisfacción y la del pueblo dominicano por haber hecho realidad ese compromiso y dijo que alberga la esperanza de que la comunidad internacional pueda llevar a cabo las promesas hecha con el pueblo haitiano tras la catástrofe de enero 2010.
Dijo que esa inauguración es un gesto de solidaridad que refleja la sensibilidad de los dominicanos para aportar a la reconstrucción de Haití.
“Es un acto de amor, es una aspiración de progreso y bienestar para el pueblo haitiano” indicó el mandatario dominicano.
En su discurso describió como fue esa tarde del 12 de enero cuando se produjo el terremoto, que aunque no provocó daños a las infraestructuras dominicanas, si generó angustia y temor.
Lamentó la muerte de 250 mil haitianos, entre ellos miles de estudiantes y profesores y el hecho de que cerca del 80 por ciento de las edificaciones universitarias resultaran destruidas.
Fernández dijo, no obstante, que ha llegado al momento de pasar de la tragedia la esperanza, del dolor al optimismo y de la angustia a la alegría.
Indicó que espera que la nueva universidad sea un centro que sirva para la enseñanza, investigación e innovación, al destacar que la principal riqueza de Haití está en su propia gente, sobre todo en la juventud que solo espera una oportunidad para avanzar.
Afirmó que el futuro de las naciones descansa “sobre la capacidad de nuestros pueblos”, para erradicar la pobreza y las desigualdades.
Habla Martelly
De su lado el presidente Michel Martelly dio las gracias “por el regalo que su país y usted le han dado al pueblo haitiano”.
Dijo que ese aporte demuestra cuán apegado está el Gobierno dominicano en participar en el esfuerzo de reconstrucción de Haití.
“Nunca vamos a olvidar que su pueblo y ustedes nos apoyaron en primeros momentos de la catástrofe. Esto nos hace entender que usted comprende nuestros sufrimiento y va hacia el porvenir”.
Martelly apeló a la palabra, que según dijo es la más hermosa que tiene el idioma francés, “Gracias”.
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