Policías y guardias nacionales con bombas lacrimógenas y balas de goma bloquearon ayer la marcha de varios miles de opositores que intentaban llegar a la sede del Consejo Nacional Electoral para reclamar que se acelere el proceso de referendo contra el presidente Nicolás Maduro.
Los roces entre los cuerpos de seguridad y los manifestantes que se registraron en Caracas y otras ciudades dejaron al menos 18 heridos y más de una decena de detenidos.
Al grito de "Urgente, urgente, un nuevo presidente" los manifestantes intentaron infructuosamente por más de tres horas movilizarse por algunas vías del norte de Caracas, pero cientos de policías y guardias nacionales les cerraron todas las vías hacia a la sede del Consejo, en el centro de la ciudad, debido a que la marcha no tenía el permiso de las autoridades.
En algunos momentos se produjeron incidentes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad. En los enfrentamientos resultaron heridas tres personas, dijo a la prensa el presidente de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Henry Ramos Allup.
En los hechos también resultaron lesionados cinco policías, indicó la Fiscalía General. Uno de los cinco directores del Consejo, Luis Emilio Rondón, recibió un documento en el que la coalición opositora exigió al organismo acelerar la revisión de 1,8 millón de firmas que recolectaron en abril a favor del referendo.
El dirigente opositor y excandidato presidencial, Henrique Capriles, condenó los incidentes violentos y denunció, sin mostrar pruebas, que esas acciones fueron dirigidas por "infiltrados del gobierno".
Capriles dijo a la prensa que las autoridades van a tener que decidir si recurren a "los tanques, a los fusiles para seguir atropellando al pueblo venezolano" o si van por el camino de la constitución.
"Nosotros vamos hacer que el señor Maduro entre por aquí por el carril, lo vamos a obligar a que él respete la constitución", sostuvo el dirigente que aseguró que la oposición continuará en los próximos días con las movilizaciones para presionar la realización del referendo contra Maduro.
Capriles indicó que en otras 22 ciudades se realizaron marchas a favor del referendo y que en las ciudades de Valencia, Barinas, Mérida y la isla de Margarita se registraron hechos violentos. En la isla de Margarita hubo 17 de detenidos, precisó el opositor.
En la ciudad suroccidental de Mérida se presentaron violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías que utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y un camión cisterna para dispersar las protestas.
Las tensiones se incrementaron cuando supuestos seguidores del gobierno armados irrumpieron en las protestas y comenzaron a atacar a los manifestantes y los persiguieron hasta dentro de las instalaciones de la estatal Universidad de los Andes donde fue incendiado un vehículo, dijo a la AP Nelson Espinoza, director general de medios del centro de estudios.
Al menos diez personas resultaron heridas por balas de goma en los hechos, señaló Espinoza. El mayor general retirado Cliver Alcalá Cordones, quien fue uno de los oficiales más cercanos al fallecido presidente Hugo Chávez, dijo el miércoles que está dispuesto a respaldar el referendo contra Maduro para lograr una salida a la crisis y evitar "un enfrentamiento de pueblo contra pueblo".
Alcalá, ex comandante de la Red de Defensa Integral de la región suroriental de Guayana, indicó en una entrevista en el canal de noticias Globovisión que en Venezuela los "poderes están secuestrados" y hay unos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que están tomando decisiones en contra de los venezolanos.
Expresó preocupación por el decreto de estado de excepción y emergencia económica que aprobó Maduro.
Maduro dijo la víspera que si sus adversarios quieren marchar deben hacerlo en el este de la capital, donde gobiernan los alcaldes opositores. El mandatario afirmó, sin presentar pruebas, que existen planes para convertir las marchas opositoras en "eventos insurreccionales".
"Con el chantaje de la violencia no habrá referendo", indicó el gobernante al expresar su rechazo a las acciones de la oposición, que apuesta a realizar la consulta en 2016 para sacar del gobierno a Maduro, cuya popularidad se ha visto golpeada por la crisis.
El oficialismo descartó que el referendo pueda realizarse en 2016 y a pesar de que no se ha realizado una auditoría de las firmas, sostiene que en el proceso se cometieron irregularidades.
En medio de los enfrentamientos entre el gobierno y la Asamblea Nacional, Maduro afirmó el martes que el Legislativo "perdió vigencia política, es cuestión de tiempo para que desaparezca".
Las tensiones políticas crecen mientras los venezolanos enfrentan una desbordada inflación, que se estima podría alcanzar este año 720%, severa escasez de alimentos, medicinas y productos básicos y una recesión económica que tiende a complicarse por la caída del precio del petróleo, la principal fuente de ingresos por exportaciones del país.FUENTE LISTIN DIARIO
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