A tres días de conmemorarse el 110 aniversario del natalicio del profesor Juan Bosch, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por el líder político como un modelo en América Latina, coquetea con la división interna más profunda de su historia.
La confrontación entre el presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández por dominar las estructuras de poder, plantea un escenario solo comparado con las crisis que convirtieron en minoritarios a los otrora poderosos partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC).
El PLD fue fundado por Bosch el 15 de diciembre de 1973 en el congreso constitutivo Juan Pablo Duarte, luego de su renuncia como presidente del PRD junto a un puñado de leales. La escisión tuvo su fundamento en la indisciplina, el desorden y las ansias desenfrenadas de poder para beneficios personales, que contagiaban a la dirigencia perredeísta.
Desde entonces la organización que ha gobernado el país en cinco períodos, cuatro de manera consecutiva, enfrenta varias crisis internas y divisiones en cada proceso electoral. Pero ninguna con la dimensión del choque de trenes que representa el pugilato Medina-Fernández.
Crisis internas
Por ejemplo, la primera gran crisis interna que estremeció al PLD de Bosch, coincidió con el triunfo electoral de su archirrival PRD en 1978, cuando se produjo una rebelión de tal magnitud que el líder se vio precisado a pedir poderes especiales del Comité Político y se produjo la renuncia de su secretario general Antonio Abréu y un grupo de dirigentes. Tras las elecciones de 1982 la historia se repite. El PLD enfrentó su segunda gran convulsión, y Bosch, impotente, presentó renuncia como presidente del partido. En medio de este incierto panorama llegó la fecha del Segundo Congreso, donde se apoyaron los métodos de trabajo y la disciplina. La crisis que amenaza con la unidad interna degeneró luego en la expulsión de Rafael Alburquerque y otro grupo de dirigentes, así como la elección de Lidio Cadet como secretario general.
Por ejemplo, la primera gran crisis interna que estremeció al PLD de Bosch, coincidió con el triunfo electoral de su archirrival PRD en 1978, cuando se produjo una rebelión de tal magnitud que el líder se vio precisado a pedir poderes especiales del Comité Político y se produjo la renuncia de su secretario general Antonio Abréu y un grupo de dirigentes. Tras las elecciones de 1982 la historia se repite. El PLD enfrentó su segunda gran convulsión, y Bosch, impotente, presentó renuncia como presidente del partido. En medio de este incierto panorama llegó la fecha del Segundo Congreso, donde se apoyaron los métodos de trabajo y la disciplina. La crisis que amenaza con la unidad interna degeneró luego en la expulsión de Rafael Alburquerque y otro grupo de dirigentes, así como la elección de Lidio Cadet como secretario general.
Las contradicciones resurgieron cuando Bosch llevó a José Francisco Hernández como compañero de boleta en los comicios de 1990 donde fue derrotado.
El PLD que ganó sorpresivamente las elecciones de 1996 con la candidatura deLeonel Fernández, fue estremecido dos años después tras la derrota en las elecciones congresionales y municipales de 1998 y las elecciones internas donde se cambiaron las reglas de juego y se abrieron las puertas de la masificación. Danilo Medina fue electo candidato presidencial para el 2000.
El Armagedón se desató finalmente en 2007. durante el proceso interno del PLD, donde se enfrentaron como precandidatos presidenciales el entonces presidente Leonel Fernández, y el retador Danilo Medina, que cayó “vencido por el Estado”.
Desde entonces, pese a los sucesivos triunfos del PLD, en su macro-estructura se han entronizado la indisciplina, la lucha grupal y la burocratización de su dirigencia. Un fenómeno que nos transporta a los escenarios enfrentados por los disminuidos PRD y PRSC, fuerzas políticas que dominaron el mundo político dominicano por más de tres décadas.
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