Las temperaturas han batido nuevos récord en la ola de calor que está afectando a Europa, pero esto está ocurriendo no sólo de día, sino también durante la noche, lo que impide que el organismo humano y los seres vivos en general puedan recuperarse para afrontar la siguiente jornada.
"La noche es importante porque es cuando el cuerpo se recupera, así como los animales y las plantas, pero con temperaturas mínimas de 25 grados que estamos viendo en algunos lugares no es posible. Es una mala noticia", comentó una portavoz de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los científicos de la organización están haciendo un seguimiento de las mediciones que se realizan en las numerosas estaciones meteorológicas repartidas por toda Europa y que muestran que las temperaturas en Europa central están entre 3 y 6 grados centígrados por encima de la media de largo plazo.
En el resto del continente serán superiores en la horquilla de 1 a 3 grados centígrados.
"Se han roto numerosos récord de temperaturas, no sólo para el mes de junio, sino para todo el año", dijo la portavoz Clare Nullis en Ginebra, donde la OMM tiene su sede mundial.
La alerta roja emitida por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de España sobre temperaturas que se pronostica alcanzarán los 42 grados en partes del noreste del país es también una mala noticia frente a los esfuerzos que se hacen para controlar un incendio declarado en la Ribera del Ebro.
El origen de esta ola de calor está en las masas de aire caliente que han llegado de Africa, lo que está exponiendo a la gente a insolación y a una carga elevada de rayos UV.
Sin embargo, esta ola de calor no se limita a Europa ya que, según datos de la OMM, en varias partes del Norte de África también se están registrando temperaturas extremas.
Nullis hizo una mención a la preocupación que hay por el impacto que puede tener el calor en el bienestar de los jugadores de la Copa Africana de Naciones que se está jugando actualmente en Egipto.
Si bien las olas de calor se van observando con más y más regularidad en los veranos, lo que hace diferente a la que está ocurriendo ahora es lo pronto que ha llegado.
"Estamos en junio. Estas son temperaturas que podemos ver en julio o en agosto. Es realmente muy pronto para tener tal calor, pero dada la realidad del cambio climático no podemos descartar que veamos este tipo de temperaturas a medida que el verano avanza", advirtió Nullis.
La OMM también ha alertado de que la ola de calor puede estar acompañada de sequías especialmente en Europa oriental, mientras que se prevén tormentas eléctricas y fuertes granizos en zonas específicas de centro-este y sudeste del continente.
Entre los años 2000 y 2016 el número de personas expuestas a olas de calor en el mundo ha aumentado en 126 millones y aunque los científicos, con su tradicional cautela, consideran prematuro atribuir este inusual calor al cambio climático, sí reconocen que corresponde a los escenarios que se han elaborado.
Es decir, olas de calor más frecuente, prolongadas e intensas.DE EFE
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