La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, anunció este martes la suspensión de labores para los funcionarios públicos a causa del terremoto de magnitud 6,6 que se registró frente a la costa suroeste de la isla.
"Queremos que todos estén seguros. Es por esto que se suspenden los trabajos en el sector público por el día de hoy, para que puedan estar con sus familia, implantando sus planes de emergencia", informó la gobernadora a través de su cuenta en la red social de twitter.
Vázquez matizó que el personal de seguridad de todas las agencias gubernamentales está activado, además de pedir mantenerse informados por medio de los boletines oficiales.
La jefa del Ejecutivo indicó que durante las primeras horas del día permanecerá en las instalaciones del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres para tener una imagen precisa de la situación en toda la isla caribeña.
"Espero que todos estén bien. Estamos recibiendo la información de @NMEADpr y @DSPnoticias. Todo el componente gubernamental está activado y en ejecución. A nuestro pueblo calma y les exhortamos a que permanezcan seguros", indicó la gobernadora, que insistió en la necesidad de mantener la calma.
Vázquez aclaró que, por el momento, no hay información de la pérdida de vidas humanas, aunque habrá que esperar para conocer el recuento de los daños materiales.
La gobernadora resaltó que, a diferencia de los huracanes, no hay manera de predecir un terremoto.
"Las personas que viven cerca de las costas deben conservar la calma", dijo, tras recordar que el aviso de tsunami fue cancelado poco después de activarse.
El director ejecutivo de la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR), Víctor Huérfano, explicó que el aviso se puso en marcha de acuerdo al protocolo establecido, pero que poco después se desactivo al comprobarse que no había peligro alguno para los residentes en las áreas costeras.
Red Sísmica de Puerto Rico informó de que el temblor se registró en un punto situado entre la latitud 17,89 y la longitud 66,78 con su punto más cercano al municipio de Guayanilla.
La población salió tras sentirse el temblor a las calles ante el temor de que se pudieran producir derrumbes, en especial en viviendas elevadas sobre finas columnas, construcciones muy comunes en la isla caribeña.
Algunas estimaciones sitúan en cerca de 200.000 las viviendas construidas en la isla sin permisos, lo que las sitúa en un mayor riesgo de derrumbe.DE EFE
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