Ha sido tema recurrente el estrecho lazo histórico entre Puerto Rico y la República Dominicana. En momentos definitorios, la hermandad entre ambos pueblos ha permanecido y quedan, como legado, los ejemplos de ciudadanos que han amado tanto a Borinquen como a Quisqueya. Uno de los casos más sonoros es el de Eugenio María de Hostos. Aunque este compartió su nacionalidad entre España y Puerto Rico, sembró con firmeza en la educación dominicana y eligió nuestra tierra como última morada, hasta que Puerto Rico se convierta en nación independiente y soberana.
En San José de Ocoa existe un hermoso lugar, llamado La Ciénaga, cuya historia está ligada a esta hermandad, pues sus primeros pobladores fueron inmigrantes puertorriqueños llegados en la segunda mitad del siglo XIX, quienes supieron aprovechar la fertilidad proveniente de los lagos y pantanos de este hermoso valle, rodeado de frondosas montañas, para poner la tierra a parir productos agrícolas. Según datos obtenidos en la comunidad, varias familias se establecieron en 1884 en la parte oeste de lo que hoy es La Ciénaga, construyendo casas de madera, sustituyendo los clavos por tarugos hechos de ese mismo material. Luego se siguieron sumando familias provenientes de la Isla del Encanto, al igual que de poblados cercanos como Baní y Azua. Algunos de los primeros apellidos establecidos allí fueron: Rivera, Ramos, Sepúlveda, Chalas y Calderón, entre otros.
En la zona abundaban los pantanos y lagunas; de ahí surge su nombre. La fertilidad de la tierra fue el aliciente para el establecimiento de los inmigrantes. Además, era abundante la presencia de puercos cimarrones y otras especies comestibles, lo que aumentó la determinación de los nuevos pobladores para establecerse de manera definitiva en el lugar..Durante mucho tiempo La Ciénaga tuvo un difícil acceso terrestre y cuentan algunos comunitarios que los enfermos eran trasladados en literas hasta el poblado de Ocoa. La singular carga era alternada entre varios hombres que conformaban esta inusual caravana humana. Trasladar a un enfermo significaba la pérdida de la jornada de trabajo, para los voluntarios que participaban en esta aventura.
El parque Pedro Báez Ríos
Este hermoso y singular parque se encuentra en la zona céntrica de la Villa de La Ciénaga desde 1994 y es un referente obligatorio para quienes quieren disfrutar de un singular ambiente natural, combinado con la belleza arquitectónica. El ruido adyacente parece no tener efecto sobre el ambiente selvático de esta área, la cual presenta diversidad de flora y fauna características de la zona, teniendo una notoria presencia los cuervos de palma, agregando encanto y un toque de misterio a este hermoso parque.
El monumento metálico
Frente a la parroquia nos encontramos con un singular monumento metálico, diseñado y construido por la destacada artista plástica Soucy de Pellerano. Según comunitarios, este simboliza la unión de dos mundos, en alusión a los tiempos de conquista del Nuevo Mundo. Aunque esa obra no es muy conocida fuera de La Ciénaga, tiene un singular valor y es una grata experiencia visitarla y apreciar el arte presente en la misma.
Para excursionistas
El llamado Salto La Ciénaga es un hermoso espacio natural, con una cascada que cae de manera escalonada entre charcos. La afluencia del público es constante y aunque no es formalmente promocionada como atractivo ecoturístico de la zona, debido a algunas consideraciones técnicas, la gente no presta atención a esto y visita el lugar para organizar amenos y divertidos encuentros.
Quienes van por primera vez a La Ciénaga suelen preguntar por la ubicación de este salto, pues hasta ellos han llegado los halagüeños comentarios de muchos usuarios que han tenido la dicha de bañarse en sus frescas aguas. Ciclistas y conductores de motores de diversos calibres visitan este lugar con frecuencia.
Un punto que despierta el interés del visitante es la famosa fritura de Galán, un pintoresco y activo cocinero, cuyos brebajes secretos agregan un exquisito sabor a sus carnes, las cuales acompaña con fritos de plátanos y guineos. Su fama es tan extensa, que es común la organización de viajes cortos desde Ocoa hasta La Ciénaga, solamente a degustar un plato de sus suculentas frituras, al tiempo de divertirse con sus jocosas ocurrencias.
La presa Jigüey
Fue inaugurada en 1992 y es alimentada por el caudaloso río Nizao. Para su construcción fue preciso reubicar a muchos habitantes de los predios, como Palo de Caja y El Jobo, dando paso a la fundación de la actual zona céntrica, conocida entonces como “Proyecto Habitacional La Ciénaga”. El proceso fue traumático y muchos comunitarios, resistentes a la forzada mudanza, presentaron desgarradores episodios de salud, algunos con un final fatal.
Esta presa tiene una altura sobre el lecho del río de 110.50 metros, y abastece una importante central hidroeléctrica. Proporciona energía a la red eléctrica nacional y agua para acueductos y cultivos. Pero aparte de su valor como recurso energético e hídrico, el lago de esta presa se ha convertido en un importante espacio de pesca para la subsistencia; es común la presencia de pescadores que viven cerca de la zona; y otros residentes en diversos puntos de la provincia acostumbran imitar a un joven Glauco, antes de convertirse en Tritón, y utilizan el fruto de estas aguas para solventar los gastos de su subsistencia.
En este lago abundan las tilapias junto a otras especies de agua dulce, muy apreciadas por los consumidores finales. El Gobierno dispuso la liberación de 200,000 alevines en este lago, para incentivar la producción de peces de agua dulce. Existe una entidad que organiza a los pescadores, llamada Asociación de Agropesca La Ciénaga (Asoapelac), que ha dado algunos pasos institucionales para importantizar la actividad en la zona.
El poblado de Tatón
Especial mención merece el paraje Tatón, perteneciente a La Ciénaga. Este se ha convertido en el referente obligatorio de los proyectos de desarrollo turístico de San José de Ocoa. En sus altas y gélidas montañas, pobladas de frondosos pinos, podemos encontrar varias cabañas y establecimientos turísticos. Son memorables las sesiones fotográficas desde el Rancho La Vereda y Arawakos Adventure Time. La oferta habitacional crece permanentemente, muestra del éxito obtenido por quienes han optado por hacer sus inversiones inmobiliarias en el área. Ejemplos de esto son lugares como Villas Tatón, Coroar Villas, Villa Los Pinos y Villa Ángeles.
Esta comunidad es de tradición cafetalera y abundan los guineos y otros rubros agrícolas. Es adornada por una amplia diversidad de flores silvestres, al igual que muchos pinos criollos y plantas de hojas gruesas que indican la abundancia de agua en esta zona de vida perteneciente al bosque muy húmedo subtropical.
Su fauna es variada, con diversidad de aves. Se destaca la presencia de lechuzas, que sirven como control de ratones y otras plagas. Igual función tiene la diversidad de culebras verdes, las cuales no representan peligro para los humanos. Debido a su ubicación, Tatón cuenta con energía eléctrica privilegiada, proveniente de la generación de la presa Jigüey, muy cercana a este poblado.
Los campesinos de Tatón defienden con recelo su riqueza natural y la tranquilidad de su entorno, lo cual es un punto a favor de su desarrollo ecoturístico, pues esta modalidad exige respeto al medio ambiente, incluyendo la intolerancia a la contaminación sónica.
La fiesta y la cultura
En La Ciénaga se sigue disfrutando con asiduidad de un cadencioso merengue típico ejecutado por un perico ripiao, agrupación que lo interpreta a ritmo de güira, tambora y acordeón, junto a la aflautada vocalización del cantante principal.
Aunque la influencia de los modernos ritmos urbanos es notoria en la juventud, nada impide que estos aprecien la cadencia de nuestra música típica, siendo esto notorio en sus concurridas presentaciones, en los diversos centros de diversión de la localidad.
Se incentivan las tradiciones de noches de velas, rezos y demás manifestaciones mágico-religiosas, presentes en toda la provincia. Según algunos munícipes, en esta zona no ha muerto el romanticismo y todavía se pueden escuchar melodiosas serenatas, con sus poéticas dedicatorias.
Sus fiestas patronales ocurren entre el 25 de octubre y el 3 de noviembre de cada año y las dedica a San Martín de Porres. Ha tenido interesantes participaciones en el carnaval provincial de San José de Ocoa, llegando a ganar el primer lugar con la comparsa “Máscaras Cuaresmales”, utilizando atuendos elaborados de guajaca y caretas fabricadas de higüero.
La diáspora
Cientos de personas oriundas de La Ciénaga han emigrado con relativa facilidad a los Estados Unidos de América, atendiendo a sus raíces ligadas a la vecina Isla del Encanto. Muchos se han establecido como prósperos empresarios en las grandes urbes norteamericanas, incluyendo a Nueva York y Nueva Jersey. Al igual que la mayoría de los hijos de la provincia San José de Ocoa, siempre regresan para compartir logros y esperanzas.
SEPA MÁS
La Ciénaga fue creado mediante la Ley 149-02 y comprende la Villa de La Ciénaga y las secciones Los Anones y El Rosalito, junto a su diversidad de parajes de singular riqueza ornamental y paisajística.
En sus parajes podemos encontrar varios microclimas, pertenecientes a las zonas de vida de bosque húmedo subtropical, bosque muy húmedo subtropical y bosque pluvial subtropical. Esto representa una amplia biodiversidad en el Distrito Municipal La Ciénaga.
Parte de sus habitantes se caracterizan por su longevidad. En su seno es común encontrar personas de muy avanzada edad, incluyendo centenarios, en pleno uso de sus facultades mentales.
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