SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente Danilo Medina alcanzó este sábado el ecuador de su mandato de cuatro años con niveles de popularidad cada vez mayores, pero con tareas pendientes por resolver como el servicio eléctrico y la inseguridad ciudadana, indica un reporte publicado por la agencia EFE.
Medina, quien juró el cargo el 16 de agosto de 2012 tras alzarse con el 51.21 % de los votos en las elecciones de mayo de ese año, ha logrado en estos 24 meses una popularidad récord para un jefe de Estado en el país, que diferentes encuestas han llegado a cifrar en un 90 por ciento, una excusa que sus cercanos colaboradores utilizan para promover la reelección, prohibida por la Constitución, y que el propio gobernante ha rechazado.
Los niveles de aceptación que exhibe el gobernarte son atribuidos a su estilo “cercano” y “austero”, como dijo hoy a Efe la politóloga Rosario Espinal, pero también a su marcada “diferencia” con su antecesor Leonel Fernández, quien lidera el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y que es visto como “más distante”.
Otro elemento a favor del presidente, según destaca la catedrática universitaria, es el marcado desgaste de la oposición política.
Al hacer esta semana una evaluación del desempeño del Gobierno, el ministro Administrativo, José Ramón Peralta, atribuyó la popularidad de Medina, a que éste ha demostrado que el Gobierno puede ser sinónimo de “soluciones” y “promesas cumplidas”.
Para Espinal, la principal conquista de Medina es “haber mantenido una alta valoración a pesar de los problemas que encontró y que todavía se mantienen”.
Uno de las principales tareas a las que se enfrentó Medina inmediatamente asumió el poder fue un déficit fiscal de más de cuatro mil 600 millones de dólares que se produjo al final del mandato de Fernández, así como un deficiente servicio eléctrico, que aún persiste, aunque desde su Gobierno se dan pasos para mejorarlo.
A pesar de que los funcionarios, sobretodo del área monetaria y financiera, se ufanan del buen ritmo que lleva la economía dominicana, que creció un 5.2 % durante el primer semestre del año, la pobreza sigue siendo un lastre por superar en este país del Caribe.
En sus declaraciones a Efe, Espinal consideró que el “buque insignia” de Medina es la educación, un sector al que el gobernante ha puesto todo su empeño para lograr, lo que él mismo ha definido, como una “revolución”.
“Es una revolución silenciosa y pacífica, pero que avanza con firmeza y cambiará para siempre el rostro del pueblo dominicano”, asegura el gobernante de 62 años y economista de profesión.
Una de las principales promesas de campaña electoral de Medina era cumplir, y así lo hizo, con la ley que otorga el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación preuniversitaria, considerada por expertos de diferentes organismos internacionales como una de las de menor nivel en América Latina.
El gobernante ha emprendido un proyecto de construcción de escuelas públicas por todo el país y dispuesto que los estudiantes reciban almuerzo y merienda, además del ya tradicional desayuno, en una jornada a la que agregó varias horas de docencia.
Medina también saca buenas calificaciones en sus programas de asistencia social, que unidos a sus visitas “sorpresas” de cada domingo a localidades pobres, repercuten en la clase más pobre.
De acuerdo con cifras recientes del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, entre septiembre de 2012 y marzo de 2014 la tasa de pobreza en la República Dominicana se redujo de un 42.2 % a un 36.2 %, lo que equivale a 534,139 personas fuera de la pobreza.
Igualmente, 240,205 personas salieron de la condición de pobreza extrema, según los datos.
Pese a estas mejoras, la dividida oposición dominicana, critica que Medina no haya mejorado el índice de seguridad ciudadana o que haga poco porque se investiguen los supuestos actos de corrupción de la Administración de Fernández.
Al evaluar el desempeño de Medina, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas, señaló que si bien el mandatario ha introducido variaciones de forma en la imagen presidencial, no ha resuelto los problemas básicos del pueblo ni ha generado el bienestar que la mayoría de la gente esperaba de un nuevo gobierno.
Vargas dijo que en situaciones como el alto endeudamiento y elevado déficit fiscal, en la inseguridad ciudadana y la crisis eléctrica, el Gobierno no ha tenido la voluntad política necesaria “para hacer lo que nunca se había hecho y corregir lo que está mal”, en alusión al eslogan de campaña de Medina.
Mientras que el Movimiento Justicia Fiscal aseguró, en un análisis del desempeño del Gobierno, que durante los dos primeros años de gestión de Medina, el Ejecutivo ha violado sistemáticamente “las más elementales normas de ejecución presupuestaria”.
La entidad de la sociedad civil argumentó en sus estudios, que Medina “manejó los recursos públicos con muy bajos niveles de transparencia, se negó a luchar contra la corrupción y mantuvo una política de gasto que, a pesar de los avances en el tema de la educación, en gran medida ha sido clientelar, deficitaria y fundamentada en el incremento insostenible de la deuda pública”
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